Expendedor de drogas
Con las imágenes de las cámaras de seguridad, las autoridades empezaron a corroborar que el hombre que había cometido el crimen fue Luis Felipe Méndez, conocido, al parecer, por vender drogas en el sector La Escalera, que comunica al barrio María Paz con Cerro Norte.
“Las personas del sector lo identificaron y los policías del cuadrante ya lo conocían precisamente por haberlo detenido con drogas en Cerro Norte, por lo que así se agilizó la investigación”, explicó una fuente.
Cuando la Brinho tuvo en su poder la orden de captura, de inmediato inició la búsqueda de ‘El Veneco’, por lo que los investigadores seguían sus pasos.
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Finalmente, el martes, un grupo de uniformados arribó al sector La Escalera, donde siempre permanecía Méndez y allí lo encontró.
“Cuando él (Luis Felipe) se percató de que llegaron unos policías al lugar, de inmediato salió a correr e intentó huir por la parte alta hacia Cerro Norte, pero como nos habíamos dividido en dos grupos, uno entró por la parte de arriba y ahí lo interceptó”, aseguró la fuente.
El detenido quedó a disposición de la Fiscalía y luego de ser presentado en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, un juez decidió enviarlo a la cárcel.
Los móviles
Las autoridades presumen que, al parecer, una deuda por drogas podría haber desencadenado el homicidio de Ricardo Patiño.
Precisamente, se conoció que la víctima era consumidora de drogas y que había estado detenida por hurto, por lo que en mayo de este año recobró la libertad.
“Hace años él se internó en el mundo de las drogas, pero hace cinco lo capturaron por hurto y estuvo preso hasta mayo. Yo lo esperé afuera de la Penitenciaría y le pedí que se pusiera a trabajar, porque él era buen ayudante de construcción, pero no me hizo caso”, recordó el papá de Patiño al otro día de su asesinato.
A los pocos días de estar libre, Ricardo Adolfo se fue de la casa donde vivía con su papá y le dijo que iba a vivir con una amiga en el barrio Carlos Pizarro. Además, le aseguró que iba a trabajar en un lote, en el barrio Prados del Norte.
Los familiares no supieron nada sobre el paradero de su ser querido, sino hasta el día del homicidio, cuando los llamaron para darles la noticia.
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