Sobre las 8:10 de la noche del pasado sábado, varios disparos irrumpieron la tranquilidad en el barrio Primero de Mayo, de Villa del Rosario, cuando a la vivienda ubicada en la calle 17 #16-77, una persona entró y arremetió contra las personas que allí residen.  

La angustia y el pánico no se hicieron esperar. Los vecinos del sector se acercaron a percatarse de lo que había sucedido, encontrándose con el cadáver de Alexander Enrique Díaz Agudelo tendido en el piso y una mujer levemente herida.

Inmediatamente alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), quienes llegaron al lugar y avisaron a la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para que adelantaran la inspección técnica de la escena y el levantamiento del cuerpo.

A la par, trasladaron a la persona herida hasta el Hospital Jorge Cristo Sahium, en donde permanecía estable. Según los galenos, la mujer sería remitida al Hospital Universitario Erasmo Meoz para su recuperación satisfactoria.

Según una fuente judicial, a Díaz Agudelo le dispararon en tres oportunidades, suficientes para causarle la muerte.

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Se pudo conocer que, una vez el sicario le disparó a los moradores de la casa, emprendió la huida en la motocicleta por la calle 18 con rumbo desconocido, perdiéndose de la escena en cuestión de segundos.

La víctima fatal, según la comunidad, se ganaba la vida como mototaxista y habría llegado al barrio hacía cinco meses. Aunque vivía arrendado en una de las habitaciones de la casa, muy pocos vecinos lo conocían.

“Él casi no mediaba palabra con nadie, solo entraba y salía en la moto con dos niños que al parecer eran sus hijos. Para nosotros fue una sorpresa porque el hombre se veía sano”, dijo una residente del barrio.

¿Ajuste de cuentas?

Según la hipótesis manejada por las autoridades, a Díaz Agudelo lo habrían asesinado presuntamente por un ajuste de cuentas, pues registraban algunas anotaciones judiciales por tráfico de estupefacientes, en el 2020, y porte ilegal de armas, en 2011.

Al parecer, el sicario estaría acompañado de una mujer que lo habría esperado afuera de la vivienda, mientras se cometía el crimen. El hombre ingresó con el casco y el chaleco puestos.

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