El cadáver de Luis Francisco Pérez, de 83 años, fue encontrado baleado a un costado de la vía que comunica al casco urbano de Tibú con el corregimiento La Gabarra. Este hecho se suma a la racha de homicidios que se vienen presentando este año en esa población del Catatumbo.
Los hechos violentos los han querido justificar por medio de carteles y las autoridades aún no avanzan en las investigaciones.
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Pérez, con cédula de ciudadanía expedida en Puerto Wilches (Santander), estaba bocarriba con heridas visibles de arma de fuego en la cara y en el brazo derecho. El occiso vestía un bluyín, una camisa azul, una gorra rosada y unos tenis café (embarrados).
En el sitio donde fue hallado, la madrugada del viernes, no se encontraron testigos y las autoridades tampoco se trasladaron, por razones de seguridad. Personal de la funeraria San Miguel, de Tibú, fue el encargado de levantar el cuerpo y llevarlo hasta las instalaciones de Medicina Legal, donde le hicieron la inspección judicial.
Sobre el cuerpo de este hombre fue dejado un pliego de cartulina blanca donde se leía un escrito, en marcador negro: “Ajusticiado por violador”.
Dicha información fue entregada a los organismos de investigación judicial, mientras esperan la llegada de familiares que puedan reconocerlo y aportar mayores detalles de la víctima, de quien se conoció que residía a un kilómetro del sitio donde fue acribillada. Hasta el cierre de esta edición, ningún allegado se había acercado a reclamar el cadáver.
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Justificaciones
“Por vicioso y por ladrón se mató. Y faltan más”, “Por ladrón de motos”, “Por sapo”, Por violador”, “por ladrón y marihuanero” entre muchos más carteles hacen parte de las justificaciones de los crímenes, cometidos en esta zona del convulsionado Catatumbo.
“Acá estamos jodidos, cuando no son los grupos armados, son los narcotraficantes los que mandan a matar a la gente y lo peor de todo es que no se ven acciones por parte de las autoridades departamentales ni nacionales. Todo sucede en las narices de la Policía, el Ejército y la Fiscalía, y no pasa nada”, señaló, meses atrás, un habitante de Tibú sobre lo que sucede en esa población, que ocupa el primer lugar con cultivos de uso ilícito en Colombia y segunda en producción de cocaína. Lo peor es que la ‘ley del silencio’ es la que domina a la población.
“Están sembrando caos, dejando cuerpos con avisos panfletarios e insinuando que es una ‘limpieza social’. Todo eso está desfigurado, pues están asesinando a mujeres y personas de la tercera edad. Son actos demenciales que están en cabeza del Gaor 33 (disidencia de las Farc) y el Eln”, han señalado en repetidas ocasiones los altos mandos de la Policía de Norte de Santander.
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