Otra condena se le suma a Deimer Sánchez Montejo, para que continúe tras las rejas por el terror y dolor que causó en el Catatumbo, Ocaña y Valle del Cauca.

Alias Meme, como es conocido este presunto líder de la organización criminal Los Pelusos,  fue condenando a 10 años y 6 meses de prisión, por el ataque armado contra Jesús Salcedo Quiceno, familiar de un firmante de paz.

El ataque se registró el 5 de mayo de 2019, cuando el hombre, de 21 años, estaba en un establecimiento comercial en Ocaña, ubicado por la avenida Francisco Fernández de Contreras.

Los delitos que reposan sobre este presunto criminal son: tentativa de homicidio, concierto para delinquir agravado y tráfico de armas de fuego.

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Aunque por este hecho ‘Meme’ seguirá en la cárcel, su historial criminal es amplio, pues en La Picota de Bogotá, de donde se había escapado en 2022, ya estaba cumpliendo con una pena de 24 años y 4 meses de cárcel, por concierto para delinquir, homicidio, secuestro simple, porte ilegal de armas y terrorismo.

Pero en noviembre de ese mismo año, cuando pensaba que se podía esconder en Ocaña, la Policía de Norte de Santander lo encontró y después de un cruce de disparos fue recapturado y enviado tras las rejas, de donde no ha podido salir.

Una vida llena de maldad

Desde los 14 años, Deimer Sánchez empezó a delinquir para Los Pelusos, donde mantuvo su fortín criminal en el Catatumbo, especialmente en Ocaña.

Su maldad y poder llegó tan lejos, hasta ser señalado de participar y liderar la masacre en El Tarra, ocurrida el 30 de julio de 2018, donde 10 personas fueron asesinadas, entre las que habían varios exintegrantes de las extintas Farc y un líder social.

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Para ese mismo año, el hombre se fue para Valle del Cauca y Risaralda, donde quería continuar con su impero, pero en 2019, cuando la Policía supo de su paradero en Pereira, lo capturó y a mediados de 2021 fue trasladado a La Picota, de donde se fugó el 28 de julio de 2022.

El hombre con sagacidad habría aprovechado lo delgado que es, para salir por un ducto de aire.

Pero la fuga le duró algunos meses, pues el 30 de noviembre de ese mismo año volvió a ser capturado en Ocaña, cuando se transportaba en una moto con otro hombre.

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