Daniel Darío Matos Camacho fue quien apareció muerto de tres puñaladas dentro de un canal de aguas negras, conocido como La Cañada, que colinda con los barrios Belisario y Ciudadela El Progreso, el sábado al mediodía.
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Se conoció que la víctima tenía 29 años. Además, vivía en Cúcuta desde hacía tres meses, en un apartamento de la Urbanización Los Estoraques, que compartía con una mujer y otro hombre.
“Él se rebuscaba como vendedor ambulante, vendía agua, gaseosa, cigarrillos, entre otras cosas, por la ciudadela Juan Atalaya. No era habitante de calle, como se pensó en un principio”, aseguró una hermana de la víctima, en medio de las lágrimas.
Los familiares no tenían noticias sobre Daniel Darío desde el pasado 27 de mayo, luego de que él los llamó por última vez. Con el paso de los días ellos se preocuparon y le preguntaron a un conocido que también vive en Cúcuta, sobre su paradero, pero no les dio alguna respuesta.
En medio de la preocupación y el desespero, los familiares averiguaron por su cuenta sobre el paradero de Matos Camacho, hasta que se enteraron por redes sociales, que el sábado en la noche habían asesinado a un hombre, que no estaba identificado, y que se parecía mucho a Daniel, pues era de piel morena, delgado, alto, que su edad oscilaba entre los 25 y 30 años, además que tenía el cabello corto y negro.
El papá y la hermana de Daniel Darío, en medio de la preocupación y la esperanza de que no fuera él, viajaron el lunes en la noche desde Caracas (Venezuela) hacia Cúcuta.
Los allegados arribaron a la capital de Norte de Santander la mañana del miércoles y de inmediato fueron al Instituto de Medicina Legal para reconocer el cuerpo.
Allí los forenses les mostraron unas fotografías del cadáver y ellos lo reconocieron por el rostro y unas cicatrices que tenía en una de las piernas.
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“El ambiente en ese momento fue pesado, nos mostraron fotos de la cara y unas cicatrices que mi hermano tenía en las piernas, se las hizo cuando era niño y se cayó andando bicicleta. De inmediato supimos que era él”, contó la hermana.
Finalmente, ayer los familiares reclamaron el cadáver y se lo llevaron para la capital de Venezuela, para darle el último adiós.
La familia pidió justicia, están convencidos de que Daniel Darío Matos no era una persona mala ni consumía drogas.
El hallazgo
A las 2:00 de la tarde, del sábado, una persona que ingresó al lote, que está en la manzana 19 de Ciudadela El Progreso, observó que en la orilla del canal había algo extraño y al acercarse, descubrió que se trataba de un cuerpo, que estaba en ropa interior, tirado boca arriba sobre unas rocas y con tres puñaladas en el abdomen y el cuello.
La persona salió corriendo hasta unas viviendas y les avisó a las personas lo que acababa de ver, por lo que rápidamente llamaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
A los pocos minutos un grupo de uniformados llegaron hasta el sitio y le dieron aviso a las unidades la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) que se trasladaron a la zona para adelantar la inspección técnica.
En el sitio los investigadores encontraron varias manchas de sangre, por lo que creen que la víctima habría ingresado al lote, junto con el asesino, el viernes en la noche.
Cuando ambos estaban parados sobre las rocas habrían discutido y en ese momento lo habrían apuñalaron.
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