Yelitza Rodríguez no pudo contener las lágrimas frente a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal, mientras este martes adelantaba los trámites para reclamar el cadáver de su hijo, a quien identificó como el venezolano Kevin Javier Ramonis Rodríguez, de 23 años.
La mujer entrelazó sus manos y apretó con fuerza su pecho al recordar que el 28 de agosto del año pasado, Kevin, el segundo de sus tres hijos, decidió buscar en Cúcuta una mejor calidad de vida. Desde entonces, dice que presintió que pronto vendría su muerte.
El presagio
“Yo ese día le dije, ¡ay hijo!, yo creo que no lo voy a volver a ver”, recordó Rodríguez, en medio del llanto.
Lea además Hallan cadáver en laguna del barrio San Luis
Aquel fatal presagio se materializó la noche del pasado 8 de enero, cuando Ramonis sufrió un ataque a puñaladas en la calle 9 con Canal Bogotá, en el barrio El Llano.
Un habitante de la calle trasladó en sus hombros al extranjero hasta la Unidad Básica de la Loma de Bolívar, con dos puñaladas, y allí finalmente murió.
Desde entonces, el cuerpo permanecía en la morgue a la espera de ser reconocido por sus parientes.
Vendía pinchos
Yelitza trasladará el cadáver de su hijo hasta el municipio Acarigua (Venezuela), donde espera darle el último adiós, junto a su familia.
La mujer aseguró que lo recordará como un hombre alegre, charlador y siempre con un chiste amable. Ramonis dejó una hija, de 3 años.
“Él trabajaba en Venezuela vendiendo frutas y en las tardes atendía una carnicería en un supermercado”, agregó.
Le puede interesar Matan a piloto comercial
Desde que llegó a Cúcuta, este hombre se dedicó a la venta de pinchos y jugo de naranja en las inmediaciones de la Terminal de Transportes.
El mismo día que fue asesinado, habló por última vez con su mamá y le dijo que tenía planeado viajar a Perú, en busca de una prima, para iniciar un negocio en ese país, con miras a un mejor futuro.