Luis Alfonso Pacheco Navarro, quien fue detenido por el grupo Gaula de la Policía en octubre de 2013, señalado de integrar una banda dedicada a las extorsiones en Cenabastos, recobró esta semana la libertad por vencimiento de términos.
Así lo decidió el Juzgado Primero Penal Municipal de Cúcuta tras considerar que se sobrepasó el tiempo privado de su libertad, sin que se concretara un preacuerdo (tras ser improbado en dos ocasiones) o el escrito de acusación por parte de la Fiscalía. Por esa razón ordenó su libertad de manera inmediata.
Pacheco Navarro fue detenido junto a cuatro hombres y una mujer, señalados de efectuar presuntos cobros ilegales a los comerciantes en nombre de una pequeña estructura de la banda criminal Los Rastrojos. Sus tentáculos, incluso, llegaban a la Nueva Sexta, a unos metros de la urbanización García-Herreros.
Las investigaciones pusieron en evidencia que en las exigencias económicas había vinculación de, por lo menos, uno de los miembros del cuerpo de vigilancia de Cenabastos, quien, al parecer, fungía como ficha clave para camuflar los jugosos cobros de las ‘vacunas’.
Para entonces, el coronel Oscar Wilfred López Ortiz, subcomandante de la Policía Metropolitana (Mecuc), evidenció que algunos comerciantes colaboraron para que se ejecutaran las extorsiones.
Se infiltraron
Uno de los investigadores que ayudó a las pesquisas contó que varios hombres del Gaula se infiltraron en el diario vivir de la Central de Abastos haciéndose pasar como comerciantes, camioneros, braseros y hasta clientes. La finalidad era desarticular toda la banda de extorsionistas.
“Ahí fue cuando comenzamos a ver que había mucha gente metida en esto, entonces se pidió el cambio de vigilantes y de policías que custodiaban el lugar, la toma de las cámaras por parte de la Policía y la ubicación de una oficina del Gaula dentro de Cenabastos”, señaló entonces la fuente judicial.
Las cuotas diarias que recogían, según las autoridades, iban de acuerdo con el producto que vendían y el tipo de camión que lo transportaba.
Según la Policía, las extorsiones estaban entre los $2 mil y $20 mil diarios, pero si era mayorista oscilaban entre los $50 mil y un millón de pesos.
Los allanamientos fueron efectuados en Cenabastos y los barrios Gaitán, Comuneros, Pescadero, Carlos Ramírez París y Kennedy.