Entre los seguimientos que le hicieron las unidades de la Sijín de la Policía Metropolitana de Cúcuta y del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) a José Darío Buitrago Caballero, conocido como ‘El Mono’, señalado de participar en un millonario robo en un local del centro comercial Ventura Plaza, pudieron ver que después de obtener su parte del botín, empezó despilfarrarlo en rumbas y en compañía de mujeres.
Una fuente judicial cercana a las pesquisas aseguró que como este presunto atracador está soltero, decidió vivir entre festejos, licor, sexo y rumba, por lo que, cada vez más, los investigadores judiciales seguían de cerca sus pasos.
Buitrago, de 34 años, se citaba con amigos en bares para derrochar el dinero, ante la insistencia de su círculo cercano, pues sabían de sus andanzas delictivas.
“Él se dedicó a la fiesta, a la buena vida, gran parte del dinero se le fue en eso, y en la compra de teléfonos, televisores, lavadoras, entre otros electrodomésticos que les dio a sus familiares”, dijo la fuente.
Cuando ‘El Mono’ se percató de que había quedado grabado junto con sus cómplices en el momento del robo de los 200 millones de pesos, la mañana del 28 de julio, decidió mudarse del barrio Panamericano hacia la ciudadela Juan Atalaya y, además, se pintó el cabello para cambiar de aspecto físico y así burlar a las autoridades.
Ricardo Romero Palencia, alias ‘El Guajiro’, de 37 años, otro de los implicados en el robo, con un poco más de sensatez, y ‘cabeza fría’, al parecer, dedicó una porción del dinero hurtado a mejorar el aspecto físico de la tienda familiar de su suegra, adecuándola y cambiándole la fachada.
Una mujer prófuga
Los investigadores judiciales aseguraron que una mujer que también quedó registrada en los videos, en el momento del robo, es buscada para que responda por estos hechos.
Ella, en estado de embarazo, al parecer, fue contratada por los asaltantes para tapar la visión de las personas externas al almacén de venta de celulares y de tecnología, y evitar que salieran contratiempos en medio del atraco.
“Se sabe que la mujer salió de la ciudad luego del hurto, y debido a la tensión que vivió por el atraco, así como la presión en redes sociales por los videos, perdió al bebé”, dijo la fuente judicial.
Un robo premeditado
Los asaltantes sabían que la empresa donde iban a atracar hacía pedidos millonarios, además de guardar el dinero del pago de la nómina.
Por esto, los atracadores estuvieron visitando el lugar en días anteriores, haciendo labores de inteligencia, hechos que también registraron las autoridades.
Los encargados de cometer el golpe millonario intentaron robar inicialmente al domiciliario del local comercial, pues sabían de sus movimientos y del transporte constante de altas sumas de dinero.
“Hicieron un estudio de meses en los que analizaron dónde parqueaba la moto y cuál era la ruta que usaba, sin embargo no pudieron hurtarlo, porque el empleado se movilizaba en una motocicleta de alto cilindraje y estaba monitoreada por GPS en tiempo real”, explicó la fuente.
Es en ese momento ‘El Mono’ y ‘El Guajiro’, cambiaron de objetivo y se centraron en el local.
Durante 20 días, los delincuentes visitaron en las mañanas el centro comercial para detectar el movimiento y cantidad de vigilantes.
Según la fuente judicial, existieron otras personas que estuvieron encargadas de labores logísticas en el hurto, pero hubo una discordia entre ellos a la hora de la repartición del dinero.
“Con todo el material investigativo que hemos reunido, se deduce que es una banda estructurada que tiene experiencia en ejecutar este tipo de asaltos a gran escala”, sostuvo la fuente.
El operativo de capturas
El martes, a las 6:30 de la mañana, unidades del grupo de Patrimonio Económico de la Sijín, acompañados por el CTI, desplegaron un operativo simultáneo en la calle 8 entre avenidas 1 y 2, del barrio Aeropuerto, donde fue detenido Ricardo Romero, de 37 años, quien simulaba ser comerciante, y en el kilómetro 3, de La Floresta (Los Patios), cayó José Buitrago, de 34.
Los dos hombres quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, y fueron presentados en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, en los que un juez decidió enviarlos a la cárcel, a pesar de que ellos no se allanaron a los cargos imputados.
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