Cada vez que el retumbar de las balas se siente en la trocha Los Mangos, entre La Parada de Villa del Rosario y San Antonio del Táchira, en Venezuela, tanto las autoridades, como las personas que a diario cruzan este paso informal, saben que la violencia está presente y que se resiste alejarse de este lugar.

Así quedó demostrado la noche del lunes, cuando las detonaciones de al menos cinco disparos fueron el presagio de un nuevo homicidio en este sector.

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Cuando los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta que adelantaban patrullajes alrededor de este sector, oyeron los tiros, de inmediato arribaron al lugar y hallaron el cadáver de un hombre que hasta el cierre de esta edición no había sido identificado.

La víctima, que vestía un yin y una franela de color azul y además, tiene tatuajes en el brazo izquierdo, recibió los impactos en la cara, el pecho y los brazos.

Miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) fueron los que se encargaron de la inspección y del levantamiento del cuerpo que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, a la espera de que sea reconocido por sus familiares. 

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Aunque las autoridades no tienen una hipótesis clara sobre el crimen, no se descarta que el móvil sea el mismo que ronda a los hechos de violencia que ocurren en este paso limítrofe: la disputa de grupos armados ilegales por el control de los territorios.

Aunque los homicidios en las trochas se ha reducido de manera significativa, en comparación con los últimos años, estos pasos informales siguen siendo un fortín de las organizaciones armadas ilegales que delinquen allí, como el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y el Tren de Aragua, que mantienen su imperio a través de sangre y fuego, para dominar el narcotráfico, el cobro de extorsiones y el paso de contrabando.

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Otros asesinatos

A mediados de julio, en esta misma trocha, también fue asesinado un hombre entre 35 y 40 años, de tres balazos y las autoridades tuvieron que adelantar las pesquisas y el levantamiento del cuerpo.

Un mes antes, un hombre entre 30 y 35 años fue atacado a disparos en la entrada de este camino de herradura, que está detrás de las instalaciones de Migración Colombia y donde siempre se ve un nutrido grupo de policías.

Los transeúntes y habitantes de este sector escucharon las detonaciones de tres disparos, que finalmente impactaron en la nariz, cabeza y pecho de la víctima, acabando con su vida de manera inmediata.

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