La estrella de la gimnasia Simone Biles logró derrotar los "demonios en la cabeza" que le habían impedido competir hasta ahora y se colgó un bronce en barra de equilibrio en una jornada olímpica que vivió un momento apoteósico con el récord del mundo del noruego Karsten Warholm en el 400 m vallas.
En el último día de competición en el Centro Gimnástico Ariake llegó el momento que todo el mundo esperaba: la reaparición de Biles.
"Lo hice por mí y estoy orgullosa de haber sido capaz de competir una vez más", dijo Biles a los periodistas, una vez superados aparentemente sus problemas de angustia y participar en la última final olímpica.
"Somos seres humanos, no sólo atracciones, y pasan cosas por detrás de las que la gente no tiene ni idea", añadió, precisando que también había perdido a su tía hace dos días.
El bronce endulza la dura semana de Biles, desde que la estrella más esperada de estos Juegos se retirara en la final del concurso general por equipos por sus "demonios en la cabeza" que le provocaron falta de confianza para competir.
En esta última jornada de la gimnasia en Tokio-2020 se llevaron los últimos oros la china Guan Chenchen (barra de equilibrio), su compatriota Xou Jingyuan (barras paralelas) y el japonés Daiki Hashimoto (barra fija)
El otro gran momento de esta jornada se vivió en el Estadio Olímpico con la final de los 400 m vallas, en la que Warholm pulverizó su propio récord del mundo, rebajándolo en 76 centésimas, para convertirse en el primer atleta que baja de los 46 segundos en esa prueba (45.94).
"Pensaba en esto día y noche, en obtener esta medalla para mi colección. No he tocado ni una valla y he sido incluso capaz de reacelerar en el final. Ha sido algo enorme, es histórico", celebró Warholm tras su récord.
"Estamos ante una nueva era, la del renacer de los 400 metros vallas. Creo que vamos a vivir nuevas carreras como esta en el futuro", añadió el noruego que el pasado 1 de julio ya había corrido la distancia en 46.70, batiendo la marca que tenía Kevin Johnson desde Barcelona-1992 (46.78).
Pero no solo el nórdico impresionó, sino que los otros dos corredores en el podio, el estadounidense Rai Benjamin (46.17) y el brasileño (46.72) Alison dos Santos, establecieron la tercera y la cuarta mejor marca de la historia.
También en atletismo y tras ganar el 100 m, la jamaicana Elaine Thomson-Hera hizo doblete con el 200 m y repitió el resultado de Rio-2016.
Y, sin sorpresa, el sueco Armand Duplantis se colgó en oro en salto con garrocha con un concurso sin fallo que detuvo en 6,02 m, pero no pudo batir su propia plusmarca (6,16 m), errando en sus tres intentos en 6,19. En esta prueba, el brasileño Thiago Braz, campeón olímpico en Rio-2016, fue tercero.