"Yo sorprendía al lograr la difícil forma de la sombrilla", comentó el director en un reciente video de YouTube.
Durante la grabación resultó difícil manejar el dulce porque se ablanda fácilmente, en especial durante la húmeda temporada lluviosa surcoreana, por lo que Hwang y el director artístico, Chae Kyung-sun, contrataron a "expertos en dalgona" para fabricar el dulce en el sitio.
Esos especialistas fueron Lim Chang-joo y su esposa Jung Jung-soon, quienes fabricaron entre 300 y 400 dalgonas en los tres días de grabación.
Ahora, su humilde puesto callejero en el distrito de teatros de Seúl es uno de los sitios más populares de la capital surcoreana.
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Los pedidos de estos dulces que cuestan 2.000 wones (1,70 dólares, 1,4 euros) se acumulan apenas abre, y algunos clientes esperan seis horas por el suyo.
En unos 90 segundos, Lim derrite una porción individual de azúcar en un quemador, antes de agregar bicarbonato de sodio, aplanarlo y darle la forma que pida el cliente.
Ofrece una amplia gama de formas además de las cuatro que aparecen en la serie, y recientemente agregó una "N" por Netflix.
"Nunca imaginé que se volviera tan popular", dijo Lim a la AFP y reconoce que su vida se volvió "súper frenética".
"Claro que estoy feliz porque mi negocio va bien y ahora las dalgonas son famosas en otros países", comentó.