Gabriel García Márquez lo reconoció en su momento. Cuando Maruja Pachón y su esposo, Alberto Villamizar, le propusieron en 1993 que escribiera un libro con las experiencias de ella durante su secuestro y las arduas diligencias en que él se empeñó hasta que logró liberarla, no imaginó la colosal tarea que había asumido, que le costó tres años de trabajo y contar con un equipo investigativo.
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Es la génesis de ‘Noticia de un secuestro’, una de sus piezas periodísticas más importantes de su obra, que en varias ocasiones estuvo en la mira de los productores cinematográficos, pero jamás se había concretado… hasta ahora.
En la escritura, Gabo se dio cuenta que era imposible desvincular aquel secuestro de los otros nueve que ocurrieron al mismo tiempo en el país. En realidad, no eran diez secuestros distintos, sino un solo secuestro colectivo de diez personas muy bien escogidas, y ejecutado por una misma empresa con una misma y única finalidad.
Bajo la producción de Rodrigo García, hijo de Gabo, Prime Video estrenará los seis capítulos de esta serie el próximo 12 de agosto en más de 240 países, bajo la dirección de Andrés Wood.
Una historia llena de suspenso que sigue el calvario de un pequeño grupo de personas, quienes fueron secuestradas en la década de los noventa por narcotraficantes colombianos, como Diana Turbay (Majida Issa), Maruja Pachón (Cristina Umaña), Marina Montoya, (Carmenza Gómez) y Beatriz Villamizar (Julieth Restrepo), y los esfuerzos de parte de sus seres queridos para liberarlos, como Alberto Villamizar (Juan Pablo Raba) Nydia Quintero (Constanza Duque).
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Sus protagonistas, su productor y director, hablaron con Colprensa sobre la experiencia de llevar una obra de Gabriel García Márquez al formato de la serie.
UN PAÍS SECUESTRADO
-*Para Cristina Umaña, ¿Cómo fue realizar el papel de Maruja Pachón?
Es la primera vez que interpreto un personaje de la vida real y que debo contar su historia. Yo quería parecerme a Maruja Pachón lo más que pudiera, viendo todo los videos y el material que encontré de ella, quería ver sus gestos, su tono de voz, su acento, porque sentía que sentía que ella tiene un acento rolo muy particular.
Cuando nos encontramos con el director y los productores, ellos nos hicieron una invitación a abandonar todo eso, para entrar en el presente y dejarnos conmover por los hechos, por las situaciones, por todo lo que significaba vivir esa experiencia. Lo importante era que lo físico no nos distrajera de lo realmente importante y profundo en la historia, pero creo que todo ese proceso y camino ha sido importante, porque quedó mucho.
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Maruja ya dirá si se siente identificada o no, pero el trabajo fue hecho con mucho respeto, con mucho amor hacia ella y su historia.
-¿Y la construcción del personaje de Diana Turbay interpretado por Malija Issa?
De alguna manera cuando me he acercado a los personajes biográficos que he realizado, ya tengo ciertas cosas que me han funcionado, a las que acudí a ellas cuando me llegó un personaje como Diana Turbay.
Vi muchos videos de ella, hay mucho material de todo lo que hizo, de lo que fue su trabajo. Me acerqué a sus colegas, muchos periodistas accedieron a hablar conmigo de cómo fue la experiencia de trabajar con ella, así cómo fue su trabajo en el Noticiero Criptón y cómo era su trato con las demás personas, que era muy maternal.
Todo eso me duró cuando hablé con María Carolina, hija de Diana Turbay, me dije: “todo lo que estoy haciendo está mal, porque para qué voy a contar lo que el país ya sabe de Diana. Todo me hizo un click e intenté contar y construir a Diana desde los ojos de su hija, por lo que me liberé del tener que parecerme físicamente a ella, o imitar sus gestos, para contarla desde los ojos de su hija, lo cual me parece un acto justo con ellas.
-Juan Pablo Raba interpreta a Alberto Villamizar, un político convencido en la extradición para combatir el narcotráfico, hasta que secuestran a su esposa…
Lo hablamos mucho con Andrés Wood, y en la serie Alberto es la acción, siendo el elemento que va, vuelve y hace, que no se queda quieto y tiene una misión muy clara.
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Fue un gran ejercicio de desapego al interpretar a alguien que existió, vas agarrando ciertos elementos del personaje de la vida real, para luego irlo desarmando. En realidad debo hacer una confesión, no soy una persona creyente, ni religiosa, pero yo hablé mucho con Alberto Villamizar, y en las veces que me sentía perdido le preguntaba directamente, y con esa conversación permanente antes de cada escena, fue muy divertida porque en algunos momentos yo había decidido hacer una cosa pero no podía hacerlo, por lo que me dejaba llevar, y lo que quedó quedó (risas).
MIRADA DESDE EL EXTERIOR
- ¿Cómo fue la llegada de Andrés Wood a la dirección de ‘Noticias de un Secuestro’?
Fue una invitación de Rodrigo García. Una invitación bastante abierta, motivándome mucho el hecho de poder trabajar con Rodrigo y trabajar con un texto de Gabriel García Márquez que para mí había sido importante, porque terminas dándote cuenta que son muchos los lazos culturales que nos unen, lo que a veces pareciera que no.
Son historias que repercute rápidamente en mi propia historia de país, en un pasado que tiene que ver mucho con el presente. Ha sido un lujo poder hacer esta serie.
-¿Cómo fue hacer esta serie para Rodrigo García, basada en un libro de su padre?
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Gabo en su momento habló de hacer una película de ‘Noticia de un secuestro’, pero finalmente no sucedió. Al momento en que llegaron las plataformas y empezaron hacer historias, no sólo con más recursos y más capítulos, también partiendo de la idea de que lo local es universal, con la idea de hacer la historia en Colombia, en español y con actores colombianos, eso fue lo realmente tentador.
Ahí me puse en contacto con Andrés Wood, porque siempre tuve la idea de que lo mejor era una mirada latinoamericana, pero extranjera, sería muy útil, para que pudiera hacer todas las preguntas, así pudiera entenderlo él y lograr explicarlo al mundo, sin dejar de ser una historia fresca de suspenso, aunque no reduzco la historia a un thriller, porque es mucho más trágica.
Siempre grabar implica sangre, sudor y lágrimas, pero ha sido uno de esos proyectos que de pronto uno imagina y sin darte cuenta aquí estamos, a puertas del estreno.
REVIVIENDO LA HISTORIA
-¿Cómo fue volver a los años noventa y revivir esa época del terror?
Juan Pablo Raba: En lo personal fue muy doloroso, porque a todos nos tocó, de distintas formas, la violencia. Mi tío murió en la bomba del avión de Avianca y salgo del país por un largo tiempo, y me acuerdo perfectamente de las bombas y las amenazas.
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Siempre es complejo, pero hacer ‘Noticia de un secuestro’ ha sido terapéutico, porque por fin podemos hablar del conflicto armado desde la voz de las víctimas, es una suerte de redención para todos, y más importante para el momento histórico que estamos viviendo.
Cristina Umaña: Coincido con Juan Pablo, pero además, en medio de todo lo doloroso y el descubrimiento que haces de la memoria que tiene tu cuerpo y de todo lo que has vivido, también fue muy divertido volver a los noventa, con los autos, el vestuario, los detalles, con sus peinados. Todo el equipo de arte lo hizo con un detalle impresionante.
Majida Issa: Estábamos en los noventa pero también viviendo un presente, cuando en Colombia se vivían marchas y la Comisión de la Verdad ha hecho su labor. Casi le cambias los nombres pero los hechos son muy similares a lo que ocurre hoy. Realmente fue muy doloroso.
-Tanto a Crisitina como a Majida les tocó las más fuertes escenas del secuestro, el cautiverio…
Cristina Umaña: Fue de una gran intensidad. Siento que fue como una filigrana emocional cuando estábamos en escena. Los directores te iban guiando emocionalmente para poder contar la cotidianidad del secuestro, que pasa en el día a día de un secuestrado, que van pasando los días, cómo el miedo se transforma, la tristeza, la presencia o ausencia de la esperanza. Son muchas cosas.
Majida Issa: Yo siempre sentí que me desbordaba en emoción en las escenas del secuestro, porque pensar que realmente Diana y muchas personas han tenido que pasar por ese tipo de situaciones, emocionalmente es muy complicado de manejar.
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