Un homenaje al director de orquesta y banda sinfónica, arreglista, compositor, Pablo Tarazona Prada se organizó para el jueves 15 de agosto en el Teatro Zulima.
Motivo: el compositor del Himno de Cúcuta cumple, el 4 de agosto, el 40 aniversario de su partida. En el programa, previsto hasta ahora, se contemplan reconocimientos por parte de la Alcaldía de Cúcuta, Concejo y la Gobernación de Norte de Santander.
En el acto de protocolo, a partir de las 7:00 de la noche, se entonará el Himno de Cúcuta con el coro y sinfónica del Sistema Pedagógico Orquestal, bajo la dirección de su hijo el maestro Pablo Tarazona Gómez.
Después se ofrecerá un gran concierto como tributo a la vida y obra de este apóstol de la música de Norte de Santander.
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Tarazona fue un músico de formación académica graduado Cum Laude, en el conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia, de la que fue luego el director de los coros y la sinfónica, donde interpretaron obras como el Réquiem de Verdi y muchas obras del repertorio clásico universal.
Director invitado de la Sinfónica Nacional de Colombia y coros en varias ocasiones. Aunque su fuerte era la instrumentación, el maestro Tarazona compuso algunas obras como sonetos, pasodobles, villancicos y en especial himnos de muchos colegios e instituciones educativas. Su obra magna se plasmó en el glorioso Himno de San José de Cúcuta.
También Tarazona Prada compuso el ‘Soneto a Cúcuta’, el pasodoble Mercedes de San Nicolás dedicado a la reina y ferias de Chinácota, el pasodoble ‘Gramalote’, la coral llamada ‘Canción’ con letra del poeta Eduardo Carranza y más de 100 arreglos sinfónicos originales para obras de compositores de Norte de Santander.
Tarazona, quien siempre decía que “Vamos a vestir de frac a nuestra hermosa música”, se dio a la titánica tarea de crear la gran orquesta sinfónica de Cúcuta recién llegado de los Estados Unidos, después de obtener el master en música y profesor de órgano de of the city of Baltimore. Y elevar a la categoría de Conservatorio a la antigua escuela de música que estaba ubicada en la calle 8 entre avenidas 7 y 8.
También logró proyectar, gestionar, conseguir los fondos y edificar, con el apoyo del gobierno central y el gobernador Gonzalo Rivera Laguado, el principal apoyo cultural, en la diagonal Santander, frente al estadio General Santander. Allí funcionó el conservatorio de música de Cúcuta.
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Su época de oro fue desde 1953 en que inició la labor de director del Conservatorio de música, la Banda sinfónica (60 músicos), la Orquesta Sinfónica (65 Músicos) y Coros polifónicos (120 voces) llevando a toda Colombia y Venezuela como invitados de gala la mejor representación que Cúcuta y el departamento podría tener.
En 1968 se inició el derrumbe del Conservatorio y se crea el Instituto de Cultura y Bellas Artes, que funcionó por cerca de 26 años.
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