Gerardo Raynaud D.
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El año 38 del siglo XX, fue tal vez, el año de mayor significación regional en la historia reciente de la ciudad. El año previo a la iniciación del mayor conflicto bélico de esa centuria, marcó el comienzo de la verdadera modernidad de nuestra urbe, a juzgar por la cantidad y variedad de actividades y por el marcado entusiasmo que se reunían en torno a los diversos proyectos que comenzaban a gestarse en todos los ámbitos, tanto políticos como económicos y sociales. En las próximas crónicas se detallarán algunos de los acontecimientos más relevantes de ese año, mientras tanto, veremos en estas breves notas, algunas de las noticias publicadas que no merecían mayor extensión, algunas a manera de comidillas, de esas que tanto se divulgaban en los tertuliaderos de la época. Veamos entonces algunos de estos comentarios:
-En los primeros meses del año, cuando todavía quedan vestigios del invierno, el aeropuerto de Los Patios sufría sus consecuencias y ese fue el motivo que hizo que a finales de enero, el avión de SCADTA que todos los viernes llegaba de Barranquilla, a pesar de sobrevolar la región durante largos minutos, no pudo aterrizar, teniendo que volar hasta Bucaramanga. Lastimosamente no tenemos información sobre si los pasajeros que venían a Cúcuta, tenían que esperar para cumplir con el itinerario o regresaban por vía terrestre, travesía que para la época, constituía una verdadera odisea.
1. Las actividades culturales que se realizaban en la ciudad, eran bastantes y variadas, como era de conocimiento general, por el tránsito de artistas que entraban y salían del país. A comienzos del año, apareció por estas tierras la Compañía de Dramas y Comedias de Clotilde Calvet, sensación del momento en la escena teatral, proveniente de Caracas y que venía precedida de mucha fama exteriorizada de grandes elogios por la prensa del vecino país, lo que para el público cucuteño era augurio de éxito. En el teatro Guzmán Berti y por una semana, la compañía teatral presentará la obra cumbre del escritor José Etchegaray “Mancha que limpia”, al parecer, la sensación del momento, pues al saberse que la compañía se presentaría en Cúcuta, muchas familias hicieron petición previa de su exhibición, entre otras según dijeron, para “sacudirse del aburrimiento de las reprises cinematográficas”.
2. En la progresista población de Durania, donde se practicaba entonces el estímulo como norma para satisfacer el espíritu e impulsar el adelanto público, el cabildo de esa población otorgó la Medalla del Civismo al doctor Efraín Vásquez. La prensa registró este hecho con justicia plena y acierto indiscutible, pues el doctor Vásquez ha sido uno de los más constantes y eficaces trabajadores por el progreso de Durania, bien como Diputado a la Asamblea, como Secretario General de la gobernación, como concejero municipal o como simple ciudadano, siempre procuró, con patriótico empeño, que los anhelos de su pueblo natal fueran plenamente satisfechos.
3. El desplazamiento de funcionarios a otras regiones dentro de su jurisdicción, eran antaño, hechos poco frecuentes. Era entendible entonces, por las dificultades que ello conllevaba. La falta de vías y su deplorable estado, combinada con las distancias y las dificultades en las comunicaciones, hacía de las visitas de los gobernantes a sus regiones, una verdadera noticia y motivo de satisfacción para presentar solicitudes en búsqueda de soluciones a los múltiples problemas que en ese tiempo los aquejaba. A comienzos de ese año, el gobernador y todos sus secretarios programaron una visita oficial a la provincia de Ocaña y según lo expresado por los distintos medios, “de la anunciada visita a la tierra de los Hacaritamas esperaban muchas cosas buenas los pueblos lejanos y aislados por una agresiva topografía, no vencida aún por la pica y la Caterpilar que abren rutas vinculadoras, propicias al bienestar y el engrandecimiento”. Se esperaba que la cita del gobernante diera óptimos frutos para el futuro de esa comarca en su organización administrativa, en sus obras y en el conocimiento exacto de los medios, de los hombres y de las cosas. De la visita se esperaba que se cumpliera la política de realidades, de fraternidad, de robustecimiento de la unidad nortesantandereana y de vigorosa trascendencia para el departamento, agregando el tinte político del momento, y para el liberalismo.
4. El NORSANDER era uno de los centros sociales fundado el año anterior por un grupo de damas y caballeros entusiastas aficionados al deporte del basketbol. En el momento de la crónica, la institución estaba cumpliendo su primer aniversario y según sus augurios, estaba llamada a perdurar y a prosperar animada por su juventud que era su promesa. Como centro de deportes y como organización social era entonces una de las expresiones de cultura que honraba a la ciudad y que merecía todo el estímulo posible que pudieran continuar muchos años más brindando a la ciudad sus palmas y laureles.
5. En la política de antaño, una de las actividades más perseguidas por quienes la practicaban, estaba la consecución de los famosos auxilios parlamentarios, que tanto dieron de qué hablar por los niveles de corrupción que giraban en torno a ellos, hasta que fueron eliminados como una manera de combatirla. Pero en aquellos años, los congresistas que trabajaban de manera discreta y eficaz por los intereses de su tierra y correspondiendo fielmente a las aspiraciones de sus electores, presentaban sus propuestas de auxilio para los proyectos que se consideraban de prioritaria necesidad para la región. Iniciada la legislatura de este año, el representante por Cúcuta, doctor Fernando Troconis, presentó dos proyectos de ley tendientes a obtener el apoyo del Gobierno Nacional para dos obras de gran importancia para la ciudad: el estadio y el nuevo hospital. El doctor Troconis era una de las figuras más serias y laboriosas del Congreso, reconocido por el entusiasmo que le imprimía a sus actividades políticas. En la exposición de motivos que acompañaba a cada uno de los proyectos para sustentar la necesidad de su aprobación, demostraba, en el caso del estadio, la importancia de la obra para la promoción del deporte y la cultura, pero que por lo costosa, el municipio requería de la ayuda financiera de la Nación. En el caso del nuevo hospital, el actual edificio era ya insuficiente para alojar a los enfermos procedentes de los diversos lugares del departamento y de la vecina Venezuela, siendo preciso construir uno nuevo en las afueras de la ciudad. Se esperaba que los proyectos fueran aprobados como un acto de la más estricta justicia.