Los jóvenes colombianos y venezolanos residentes en Norte de Santander, Arauca y La Guajira se unieron para hacer parte del Semillero por la Integración, de Estoy en la Frontera. Conceptos como empatía, inclusión, migración, sensibilización y solidaridad se tejieron alrededor de la vida de 30 chicos que emprendieron un proceso de formación desde el primer trimestre de este año y que culminó este mes.
Las actividades, presenciales y virtuales, estuvieron enmarcadas en la metodología Decido Ser Campeón y Decido Ser Sin Límites, del Programa de Alianza para la Reconciliación (PAR), de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y ACDI/VOCA.
El diario La Opinión, a través de su plataforma informativa y de orientación Estoy en la Frontera, organizó estos espacios, con el objetivo de construir nuevas narrativas en torno a la migración venezolana, en estos territorios de acogida.
Andrea Quiñónez, especialista regional de Gestión Social Norte de Santander para ACDI/VOCA, explicó que este proceso de formación se hizo en tres etapas: una primera presencial, en la que los jóvenes pudieron compartir ejercicios vivenciales de autoconocimiento, reconocimiento por el otro, empatía y la acción sin daño.
En una segunda fase, los participantes recibieron dos talleres sobre el manejo de herramientas comunicativas: podcast y la fotografía como instrumento para difundir mensajes integradores y de reconciliación.
Lea: Catatumbo, tierra sembrada con coca y explosivos
“En la tercera parte, el proceso se cumplió de forma virtual y con los jóvenes de Estoy en la Frontera la capacitación se centró, sobre todo, en proponer pretextos pedagógicos que reiterarán la importancia de sensibilizarnos frente al fenómeno migratorio, de generar escenarios de empatía en territorios fronterizos”, manifestó.
Estos pretextos pedagógicos se hicieron a partir del juego, dibujos, de la expresión y del trabajo en equipo.
“Los jóvenes se pudieron poner en situaciones que les permitieron reflexionar sobre los procesos de inclusión y exclusión que se dan en la sociedad y cómo cada uno, desde su roles, pueden empezar a mitigar los procesos de exclusión”, enfatizó Quiñónez.
Por medio de los espacios de juego pudieron encontrarse y reconocerse en la diversidad. Pero, además, se sensibilizaron frente a los fenómenos sociales que ocurren en cada una de estas zonas fronterizas donde habitan.
“A ellos lo que les hace falta son espacios como estos, que les permitan escucharse y expresarse desde sus lugares y que desde sus posibilidades se puedan generar acciones de solución y respuesta a las problemáticas sociales que se les presentan”, indicó la especialista de ACDI/VOCA.
Lea aquí:
Arcilleros de El Zulia dejan en alto a Norte de Santander
Experiencias
Para Keyla Castillo, de Norte de Santander, la experiencia fue enriquecedora.“Nos enseñaron que la solidaridad y la empatía son acciones que podemos tener con otras personas por el hecho de ser seres humanos”.
Mientras que Alexandra Nieto, de Arauca, señaló que las herramientas de autoconocimiento que recibió en estos espacios fueron de mucho provecho.
Kailuz Hernández, una de los jóvenes de La Guajira, dijo que estos encuentros también les permitieron visibilizar las problemáticas que padecen los territorios que hoy habitan y cómo saber enfrentarlas desde las juventudes.
Los 30 jóvenes, con el apoyo del equipo periodístico del portal Estoy en la Frontera hicieron unos productos finales como resultado de todo el proceso de formación, reflexión y capacitación.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion