Con lupas, pequeños desarmadores y tornillos, el joven chileno Tiberio Malaiu repara celulares en desuso que recolectó en una campaña que inició en medio de la pandemia para entregarlos a estudiantes que no cuentan con estos dispositivos para acceder a clases en línea.
Tiberio, quien a sus 17 años cursa el último año de secundaria, realizó el año pasado tutorías para ayudar a realizar sus tareas a estudiantes de colegios públicos que le contaron sobre sus dificultades para acceder a clases remotas.
Apasionado por la tecnológica y la informática, decidió recolectar y reparar celulares para donarlos a los chicos que no tenían dispositivos electrónicos para acceder a las clases virtuales implementadas por el gobierno luego de la suspensión de la educación presencial desde el inicio de la pandemia en Chile en marzo de 2020.
"Nuestro foco principal son los colegios municipales donde los alumnos no tienen la oportunidad de tener un celular, que hoy en día es una necesidad muy importante por todo el tema del colegio on line", dice a la AFP Tiberio, quien llamó a su campaña "Collective Dust", que en español significa recolectar polvo.
Según datos del Ministerio de Educación, unos 81.000 estudiantes habrían desertado de clases en 2020, la mayoría de ellos niños de familias pobres que no tenían acceso a un dispositivo electrónico, o en otros casos que los celulares con los que contaban sus padres no eran suficientes para todos los estudiantes de la casa.
Son hogares sin recursos para comprar otro dispositivo en medio de la crisis económica que Chile arrastra desde el estallido social del 18 de octubre de 2019."La pandemia cortó la comunicación entre el estudiante y la escuela y eso es uno de los aspectos más complejos que nos ha dejado esta crisis", dice a la AFP Ruth Arce, directora de pedagogía media de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales.
En noviembre pasado, los colegios fueron reabiertos en municipios sin cuarentena pero ante una pandemia que no daba tregua el Ministerio de Educación determinó que sería voluntario que los alumnos retomaran clases presenciales o siguieran en modo virtual.
En marzo, cuando volvía a empezar el año escolar austral, solo 51% de los establecimientos educacionales del país optó por realizar clases presenciales y a finales de ese mismo mes tuvieron que suspender por una segunda ola que volvió a golpear al país. Aún no retoman la normalidad.