Arquitecto y filósofo, esas son las dos palabras con las que se podría definir al colombo-filipino Carlos Arnaiz, considerado uno de los 50 mejores arquitectos del mundo, en el siglo XXI, con menos de 50 años.
Pese a que Arnaiz creció en Asia, dice que se siente como un colombiano más, ya que su madre le inculcó desde niño algunas tradiciones y también vivió un gran tiempo en el país.
Su pasión por el diseño, la belleza y el paisajismo, lo han llevado a arriesgarse y visionar enormes proyectos como el primer Sistema de Transporte Masivo en Cebú, la ciudad más grande de Filipinas.
Allí, Arnaiz implementó sus conocimientos para beneficiar a cerca de cuatro millones de ciudadanos con dificultad para desplazarse. El ambicioso proyecto está conformado por catorce estaciones, que tienen tamaños y proporciones diferentes; cuatro ya están en operación.
“Nos basamos en cuatro prototipos porque cada estación tenía un tamaño y ubicación diferente. Pensamos primero en el diseño gráfico, la circulación de las personas dentro de estos espacios, las señales que debía tener, entre otros aspectos”, afirmó Arnaiz.
La inspiración
Sinulog, un festival religioso y cultural celebrado en Cebú, fue la inspiración para que el hombre de 40 años jugara con los colores y diseños basado en patrones de origami, que finalmente se ajustó a su idea minimalista para las estaciones, pensando en una estructura que ayudara a disminuir el riesgo de inundaciones en la ciudad.
Hoy, la idea se materializó. “Solo con ese sistema tan simple, se pudo dar mayor complejidad al proyecto”, explicó Arnaiz.
También aseguró que apoyado en una técnica que simula un abanico, se introdujo un esquema útil, basado en las constantes lluvias filipinas, el sistema permite recoger el agua y la conduce a unos estanques ubicados bajo las estaciones, por medio de unos tubos.
Trabajo reconocido
Carlos Arnaiz, hijo de una colombiana y un filipino, vive en Nueva York. Tiene una empresa llamada Caza Architects, con la que ha desarrollado diferentes proyectos. De su carrera se destaca la invitación que le hizo la Unión Europea a la versión número 15 de la Bienal de Arquitectura de Venecia, por su trayectoria y su trabajo.
Este evento es uno de los más importantes del mundo en temas de arquitectura, por eso tiene tanto significado para él, ya fue el único colombiano invitado como expositor especial.
La exposición, que se hizo el 28 de mayo, se basó en una experiencia digital interactiva que permitió a los visitantes crear versiones de diferentes experimentos geométricos por medio de movimientos faciales.
“Quise hacer algo más que mostrar dibujos, fotos o maquetas que no transmiten. Lo que busqué fue comunicarle a la gente que llega a la Bienal, cómo ha sido nuestro amor por el dibujo y cómo entendemos el proceso de delinear arquitectónicamente como una manera de transformar el mundo”, dijo Arnaiz.