Ecuador elegirá este domingo presidente entre 16 candidatos, aunque solo tres de ellos llegan con opciones de pasar a segunda vuelta.
La izquierda parte como favorita con dos cartas: un delfín del expresidente Rafael Correa y un indígena ambientalista, mientras la derecha cifra sus opciones en un exbanquero conservador.
Si las encuestas no fallan, entre los tres estará el sucesor de Lenín Moreno, el impopular mandatario que cambió de aliados en el poder tras conquistar las urnas con el apoyo de Correa en 2017.
Arauz, a la sombra de Correa
Tiene 35 años y hasta hace poco se presentaba como un “perfecto desconocido”. Pero detrás de Andrés Arauz está la alargada sombra de Rafael Correa. El exmandatario depositó en este joven economista sus opciones de recuperar el poder para la izquierda radical y nacionalista. Arauz dirigió el Banco Central y fue ministro de Conocimiento y Talento Humano bajo el mandato de Correa (2007-2017).
“Les saluda el perfecto desconocido que conoce y ama al Ecuador y que hoy se compromete a sacar de la crisis sanitaria y económica a nuestro pueblo”, dijo por Twitter al postularse para el sillón presidencial. Nació en Quito, está casado con Mariana Véliz, con quien tiene un hijo. Se autodefine como patriota, demócrata y progresista. Fiel al credo correísta, tilda de traidor a Moreno. Arauz habla inglés, francés y ruso; toca piano y acordeón.
Su compañero en la carrera por la presidencia era el propio Correa, pero el exmandatario quedó inhabilitado para aspirar a la vicepresidencia por sus casos pendientes con la justicia, que lo condenó a ocho años de cárcel por corrupción.
Arauz se comprometió a allanar el camino para el regreso de Correa, quien se considera un “perseguido político”. El exgobernante está en Bélgica desde 2017 y estando allá ha logrado evitar a la justicia ecuatoriana que, según él, fue manipulada por Moreno. Si el economista gana las elecciones, espera que, bajo su mandato, los jueces revisen los casos abiertos contra Correa, aunque podría igualmente expedirle un indulto.
Lasso y la derecha conservadora
Triple aspirante (2013, 2017 y 2021) a la presidencia de Ecuador, el exbanquero conservador Guillermo Lasso, de 65 años, encabeza la oposición al correísmo.
“Daremos vuelta a la página del socialismo del siglo XXI (promovido por Correa) y entraremos en una etapa de plena democracia, de libertad”, dijo.
En su segundo intento por el cargo quedó detrás de Moreno por apenas dos puntos porcentuales en el balotaje. Lasso es el menor de 11 hermanos en una familia de clase media y se catapultó como un importante banquero con apenas tres semestres de economía a cuestas.
Entre 1989 y 2012 fue vicepresidente, gerente y presidente del privado Banco de Guayaquil, uno de los mayores de Ecuador. Miembro del Opus Dei y nacido en Guayaquil (suroeste), se define como “tolerante” y “demócrata”. Está casado con María de Lourdes Alcívar, con quien tiene cinco hijos.
Pérez, la alternativa indígena y ambientalista
El abogado Yaku Pérez, de 51 años, encarna al movimiento indígena que en octubre de 2019 se levantó contra Moreno, forzándole a dar marcha atrás en el alza de precios de combustibles. Se define como “ecologista, de izquierda, comunitarista, profundamente respetuoso de los derechos humanos”.
Su férrea oposición a la minería disgustó al gobierno de Correa y por defender el acceso al agua estuvo cuatro veces detenido, por cargos de sedición y terrorismo, cuenta a la AFP. Hijo de peones de hacienda, Pérez -actual prefecto (gobernador) de la provincia de Azuay (sur)- promete ser “el primer presidente hijo de un analfabeto”.
Su madre Rosa solo cursó tres años de escuela. Nació en Cuenca, capital de Azuay, y sus nombres originales eran Carlos Ranulfo. En 2017 se cambió legalmente y, en línea con su amor por la naturaleza, escogió Yaku Sacha, que en quichua significan “Agua de Monte”. Pertenece al milenario pueblo kañari, que habita en el sur andino de Ecuador, donde emergió como líder indígena.
Toca el saxofón y acordeón. Es ateo y vegano, y practica yoga. Hizo campaña montado en una bicicleta de bambú.
Es catedrático universitario y ha publicado siete libros publicados sobre temas indígenas y ambientales.
Enviudó hace ocho años, tiene dos hijas, y su actual pareja es la periodista francobrasileña Manuela Picq. Aspira a llegar al poder por el partido Pachakutik, brazo político de la mayoritaria Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).