Las autoridades chinas han prometido mejorar los protocolos médicos de emergencia a raíz de la muerte de un niño de tres años enfermo que tardó horas en ser atendido por la rectitud de los métodos que se aplican para prevenir posibles contagios de coronavirus.
Los hechos ocurrieron el lunes, cuando el padre del menor se lo encontró inconsciente. Según el Gobierno de la ciudad Lanzhou, situada en el centro del país, los funcionarios le pidieron al padre que se pusiese la mascarilla cuando pidió ayuda y los servicios de emergencia desinfectaron una ambulancia antes de desplazarse al lugar del aviso.
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El padre terminó yendo por su cuenta al hospital, en taxi, y su hijo falleció unas horas después, según el relato oficial. El tema ha sido uno de los más comentados este jueves en la red social Weibo, donde también se han difundido vídeos de las fuerzas de seguridad reprimiendo protestas originadas a raíz de este caso, según la agencia Bloomberg.
El Gobierno local ha admitido en un mensaje en WeChat que los funcionarios actuaron de manera "rígida y burocrática" en lugar de resolver la crisis cuando antes. "Siempre antepondremos las personas y la vida en nuestro trabajo a partir de ahora", ha prometido.
Gran parte de la ciudad, donde viven 4,4 millones de personas, lleva varias semanas confinada, fruto de una política de 'casos cero' frente a la COVID-19 que Pekín no da muestras de revertir. Las autoridades sanitarias han informado este jueves de 51 contagios adicionales.
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