Majo Sánchez nació en un ambiente en donde imperaba la música y la actuación. Sus padres marcaron sus inicios y por eso hoy la balanza se mantiene equilibrada. Es decir, le dedica el mismo tiempo a las dos.
A pesar de estar en una edad primaveral se considera una afortunada por tener de protagonistas a Arnold Sánchez y a Claudia Bayona, sus padres, quienes han conformado, además de una envidiable familia, el grupo musical ‘Santa María’.
Han cantado en parroquias, en centros comerciales, en reuniones familiares, y en el 2015 se presentaron en el Factor XF donde marcaron la diferencia. Allí también cantó su hermanita menor Sara. Fue una experiencia enriquecedora que “reafirmó mi amor por la música”.
María José, que es su nombre de pila, también actuó con su madre en obras de teatro y recuerda que en el teatro Avenida empezó a enfrentarse al público, a las cámaras, luces, a ‘matar’ los nervios y a perder el miedo escénico.
Se considera disciplinada y organizada. Majo Sánchez, como se hace llamar artísticamente, aprovecha el tiempo al máximo. Recibe clases de actuación con Raúl y de música con Germán, los hermanos Murcia.
Y fue precisamente Raúl, su profesor de actuación, quien la alertó de la convocataria para el casting del cortometraje ‘La historia de un viaje’ del director Julio Roberto ‘Tutino’ García. Llegó con muchas expectativas y nervios. Pero al momento de hacer la prueba sacó a flote su talento y se ganó el papel protagónico. Era la primera vez que grababa como profesional. Lo había hecho en el cortometraje Emily, de protagonista, pero fue un ‘ensayo’ de la academia.
También ha sido aplicada como estudiante de la escuela Normal Superior María Auxiliadora donde este año se gradúa de bachiller.
En el colegio ha cantado en las misas, en los actos culturales y siempre está presta a participar en cualquier evento.Incluso hace parte de la banda marcial ‘Trébol’ con la que conquistó un título en Bogotá. Allí toca la lira.
Pertenece al grupo que ofrece los conciertos en las navidades y que organiza el padre Álvaro Gutiérrez. El año pasado todo se hizo de manera virtual por el coronavirus.
Pero Majo tiene en su garganta una cajita de sorpresas. Su voz también la usa para imitar personajes con mucho éxito, doblar y grabar jingles. En esta pandemia se ha desfogado en las redes sociales y como si fuera poco también empezó a aprender a tocar piano, porque quiere ser una artista íntegra. Por eso reitera que es básico ser organizado y disciplinado.
Ha practicado natación, patinaje, pero hace dos años descubrió la magia del rugby y dice “que la llena y que le gustaría demostrar sus bondades”.
A lo que termine la secundaria se enfocará en comunicación social porque está convencida que es la carrera que está más acorde con sus dos pasiones: cantar y actuar.
Majo Sánchez se ha paseado por varios géneros musicales y reconoce que el pop es el que más se acopla a su voz y a su gusto. En Instagram lo ha demostrado grabando covers y ha tenido mucha aceptación de parte de sus seguidores.
Admira a Greeicy Rendón no solo por ser cantante sino también por actuar como Daisy O’Brian McLaren en la serie de televisión ‘Chica vampiro’, y concluye que la inspira para hacer las dos cosas.
De Cristina Aguilera le agrada su voz, melismas y su estilo. Y de Andrés Cepeda, la profundidad de las letras de sus canciones, su carisma y su perseverancia para ser mejor cada día. Ha intentado incursionar en la composición, pero aún le falta madurez.
En esta pandemia ha aprovechado para acercarse más a su familia, “para compartir, para estudiar más, para grabar más” porque antes no distribuía bien el tiempo y ha desvirtuado la teoría que el tiempo no alcanza. “Solo tienes que ser disciplinado y organizado para lograr todos los objetivos. En mi caso: cantar y actuar”.