El Consejo Municipal de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres declaró la calamidad pública para mitigar las emergencias ocasionadas con la ola invernal de los últimos días en la provincia de Ocaña.
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La medida tiene como objetivo primordial tomar acciones inmediatas encaminadas a brindar ayuda a las comunidades afectadas por el fenómeno natural.
Los organismos de socorro recomendaron a los líderes comunales la adopción de planes de contingencia urgentes para garantizar la seguridad de los habitantes y minimizar los efectos de los torrenciales aguaceros.
La declaración otorga al mandatario local, Samir Fernando Casadiego Sanjuán, facultades especiales para movilizar recursos económicos, materiales y humanos de manera ágil y efectiva.
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“Esto permitirá la ejecución de acciones de respuesta y atención a la población afectada, así como la implementación de medidas de prevención y mitigación de futuros desastres naturales”, indicó el coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo, Gustavo Adolfo Paba Navarro.
Después de la tormenta llega la calma
Una vez presentada la tormenta eléctrica que averió la Planta de Tratamiento de Agua Potable del río Algodonal, los técnicos se dieron a la tarea de la reparación para el suministro del líquido a buena parte de la ciudad.
Conjurada esa emergencia para activar el bombeo, se adelantaron otras maniobras encaminadas a disminuir la turbidez y así garantizar el consumo humano.
Por la descompensación de las tuberías aquellos barrios ubicados en sectores altos tuvieron que esperar para gozar de ese beneficio.
Mientras tanto, la Empresa de Servicios Públicos, ESPO S.A. habilitó unos carrotanques con el fin del suministro provisional a instituciones educativas, hospital y centro penitenciario para conjurar la emergencia sanitaria, señaló el gerente, Jesús Alfredo Contreras Mejía.
Gran parte de la ciudad tiene en estos momentos normalidad en el suministro. Sin embargo, persiste el problema entre más de mil 300 usuarios del acueducto independiente de la Ciudadela Norte de Ocaña donde la creciente de la quebrada Brava dañó la bocatoma para la captación del preciado líquido.
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“Hicimos un recorrido y todavía existe turbidez por la sedimentación. Además, se perdió tubería, canaletas y los fontaneros trabajan en arduas jornadas para reponerlas. Por ahora, estamos con bomberos llevando agua hasta los hogares”, manifestó la administradora Virginia Amaya Quintero.
No bajar la guardia
El secretario de Gobierno, Jaime Velásquez Salamanca, lideró un consejo extraordinario luego de visitar algunos sectores afectados por los torrenciales aguaceros para la inmediata intervención.
Con los presidentes de juntas comunales coordinaron los planes de contingencia para conocer de primera mano las situaciones y determinar las acciones a seguir.
“Es trascendental la ayuda oportuna pues corresponde a las afectaciones a dos sistemas de acueducto, pues el agua es vital para la subsistencia humana”, agregó.
Paba Navarro fue enfático al afirmar que ese tipo de fenómenos se registra debido a la manera irresponsable como la mano del hombre deteriora el ecosistema.
“La recomendación es suspender los paseos de ollas ya que estamos en máxima alerta del río Algodonal por crecientes súbitas. Además, no lanzar basuras a las alcantarillas pues genera inundaciones y afectaciones a las demás viviendas”, agregó.
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Aseguró que la alerta es permanente ya que de acuerdo a los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) el Fenómeno del Niño iría hasta mediados del presente año.
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