Las constantes quejas elevadas por los vecinos del sector, por la proliferación de consumidores de narcóticos, obligaron a las autoridades locales a demoler una vivienda abandonada en el barrio Camino Real del municipio de Ocaña.
La casa en ruinas era utilizada como escondite por expendedores y consumidores de droga, originando robos, atracos y riñas en las zonas aledañas, denunciaron voceros comunales.
La Policía Nacional coordina con la alcaldía y los vecinos del sector la destrucción del inmueble abandonado que se había convertido en foco para el consumo y venta de sustancias sicoactivas.
Los habitantes de la zona manifestaron su aprobación sobre la importancia de adelantar este tipo de acciones que permiten mayor seguridad en el lugar azotado por la delincuencia.
El secretario de Gobierno, Yuri Carrascal dijo que seguirán atacando ese flagelo e irán tras la captura de aquellas personas que les roban la tranquilidad a los ocañeros.
“Esta es la primera acción y llegaremos a otros barrios de la ciudad para erradicar esa percepción de inseguridad”, afirmó el funcionario.
El teniente coronel Wilson Gilberto Morán, comandante operativo del departamento de Norte de Santander, señaló que acatan directrices superiores para derribar esas estructuras donde se esconden los delincuentes .
La presencia de adictos se constituye en un factor de inseguridad y contribuye a aumentar los índices de violencia. Se adelantan investigaciones para determinar los lugares donde se comercializan estupefacientes para iniciar procesos judiciales de extinción de dominio y el derribamiento como lo ordena la ley.