Descrito como el milagro más grande del mundo, es la concepción de la vida y en el municipio de Ocaña no se detiene a pesar de los riesgos atinentes al coronavirus. El hospital regional Emiro Quintero Cañizares en los últimos meses de marzo, abril y mayo atendió a 685 madres gestantes quienes dan a luz en medio de los protocolos de bioseguridad.
La enfermera profesional Karely Mora Gómez indica que se exigen todas las medidas sanitarias y de estricto cumplimiento para las pacientes. “En la actualidad no se hace el acompañamiento familiar, están bajo la atención de las enfermeras auxiliares, por el riesgo de contagio tanto a las madres como al bebé”.
Explica que las diferencias en la actualidad son grandes en comparación con los protocolos de épocas anteriores. Precisa que el lavado de manos es riguroso, se exige cada media hora desde el ingreso a urgencias, uso obligatorio de tapabocas y en el momento del parto, bata, guantes, careta y todos los elementos necesarios para no entrar en contagio.
Antes, entraba un familiar se quedaban con ellas y las acompañaba en el puerperio inmediato, ahora no se permite por razones de bioseguridad.
Ellas demoran por un periodo de dos horas en la sala de parto para vigilar que no haya hemorragia y luego se pasa al servicio de hospitalización, precisa la profesional de la salud.
Los estrictos protocolos
Algunas primerizas sienten miedo por estar encerradas en la sala de partos, pero entienden el autocuidado para que el procedimiento no se complique.
La joven Karen Julieth Parada indica que es diferente el tratamiento con la cuarentena. “El estar encerrada, el no poder comunicarse, el miedo de ir al hospital por aquello del contagio y solo asiste a la hora de sentirse bastante enferma”, señala.
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Diana Alexander Velásquez, es la primera vez que asiste a una sala de partos e indica que es bastante complicado en época de cuarentena.
Jennifer del Valle Maurera, quien es venezolana, comenta que extraña la dinámica de épocas anteriores. Con este es el tercer bebé, he sido bien atendida en el hospital con los exámenes y los controles de rigor, agregó.
Cambió el estilo de vida
Al presupuesto de las batas, biberones y pañaleras para la bienvenida de los bebés se suman los tapabocas, guantes y un celular para las video-llamadas encaminadas a mantener el distanciamiento.
Las madres señalan que en esta época no es fácil recibir a un niño ya que, no se puede organizar el baby shower, los almacenes están cerrados para comprar la ropa y están prohibidas las acostumbradas visitas de los familiares.