La chilena Bárbara Riveros llegó quinta en el triatlón de los Juegos de Rio de Janeiro con el mejor tiempo de una sudamericana en esta prueba olímpica: 1:57:29.
"Yo nunca me comparo con Latinoamérica, siempre aspiro mucho más, aspiro competir con las potencias del mundo", lanzó la campeona mundial de 2010, que disputó en Rio sus terceros Juegos Olímpicos.
En Pekín llegó 25 y en Londres 16. En Rio mejoró el ranking en 11 posiciones.
"Uno viene acá para pegar la medalla, pero yo era realista, sabía que las otras chicas eran muy fuertes y muy sólidas. Para mi era poder estar lo más cerca de ellas, luchar hasta el final", dijo la chilena de 29 años, tímida y de respuestas cortas.
La estadounidense Gwen Jorgensen, campeona de la serie mundial el año pasado, se quedó con el oro, que defendía la suiza Nicola Spirig, plata ahora en Rio.
Riveros, que en el evento test del año pasado también llegó en quinto lugar, llegó a la meta poco más de un minuto después de la campeona.
"Siempre estuve motivada, concentrada, pensando en la medalla. Pero definieron muy bien sobre todo en la última vuelta y eso me costó quedar unos puestos atrás", explicó.
'Chicka', como le dicen, comenzó a trotar de niña con con su padre y hermano mayor, que esta vez se quedó en Chile.
Su carrera deportiva se inició en el club deportivo Stade Francais y su primer evento fue a los ocho años. A los nueve se integró al club deportivo de la Universidad Católica, donde continuó su desarrollo como triatleta hasta que migró a Australia.
"Más sufrido"
Riveros salió en 18 después de 1,5 km de natación en la turística playa de Copacabana, por delante de Jorgensen y a nueve segundos de la sudafricana Mari Rabie.
Se recuperó en la bicicleta, que soltó para correr en la posición siete. Y de allí a la corrida donde se mantuvo constante.
Para Riveros, el recorrido estuvo "interesante", aunque cree que pudo ser un podía ser más difícil.
"Fue interesante, hubo una subida que a todos nos dejó tocados para la parte del pedestrismo. Sería más espectacular que lo hicieran más técnico, que el trote hubiera sido más sufrido, tal vez nos hubieran podido lanzar a la subida, darle algo de más emoción", lanzó.
En esas casi dos horas, contó Riveros, hay "todo tipo de pensamientos", de "distracciones de la mente".
"Sobre todo en la natación, cuando te agarran, te tiran para atrás, pero hay que mantenerse con calma, mantenerse positivo. Hay que focalizar la mente, no perder la concentración", indicó.
El realismo de Riveros también apunta a la preparación y la tecnología con la que cuentan los atletas de las grandes potencias. "Cuando uno ve los recursos que uno tiene, sin duda estás en desventaja. Yo estoy muy agradecida con todo mi equipo, fue espectacular. Pudimos hacerlo como ellos, sobre todo a nivel mundial", indicó.
Y con este impulso, ¿se puede pensar en otro ciclo olímpico? "No lo sé, la verdad es que no lo sé", confesó.
Por Javier Tovar |Río de Janeiro | AFP