Hubo un detalle que probablemente pasó desapercibido para muchos de los asistentes al estadio General Santander el pasado domingo una vez terminó el partido entre el Cúcuta deportivo y Llaneros. El técnico del equipo visitante Gerson González cuando se retiraba al camerino se dirigió a los aficionados que llenaban la tribuna noroccidental, para premiar su gallardía, señalándolos aplaudió repetidamente, después hizo el ademán de quitarse el sombrero.
A todas luces fue un reconocimiento a los hinchas de nuestro conjunto rojinegro que ese día asistieron al estadio y lo acompañaron no obstante el cierre de las tribunas norte y oriental debido a sanciones por comportamiento inapropiado de los asistentes a esas graderías en partidos anteriores, aun así, el estadio tenía un magnífico golpe de vista que llamó la atención del entrenador de los llaneros. Lo cual contrasta con la escasez de aficionados en los estadios donde juegan los demás equipos del torneo de la B de nuestro futbol profesional.
Acto seguido vino el contraste. Ante el resultado del partido, un empate a cero goles, algunos miembros de las barras que ocupaban la tribuna norte saltaron al campo de juego movidos por una nueva frustración, el equipo no gana en casa; no sin antes haberlo “putiado” en coro durante el desarrollo del partido. Por fortuna el incidente pudo ser controlado y no pasó a mayores, pero se suma a los actos de indisciplina que parecen ser la constante en las gradas del General Santander, lo cual resta al prestigio de afición grande y fiel a su equipo, de la cual goza y enorgullece a quienes tienen simpatía con el “doblemente glorioso”.
Se presume que habrá una nueva sanción para la plaza por este suceso, no obstante haber ocurrido luego de finalizado el partido, por el reiterado mal comportamiento. El comunicado del 25 de agosto emanado del comité disciplinario de la Dimayor dice que está en indagación el Cúcuta deportivo por presuntamente incurrir en infracciones al reglamento de disciplina en el partido jugado en la 8ª fecha del torneo.
En lo estrictamente deportivo el equipo ha disputado ocho partidos, solo ha ganado uno y empatado 3, así que con 6 puntos ocupa el puesto 13 de la clasificación, a 10 puntos de los líderes Boyacá Chicó y Deportes Quindío. Acredita un rendimiento del 25% que es muy bajo si se tienen en cuenta las expectativas generadas al volver a la competición. De ahí que se hayan producido las protestas, sin utilizar los métodos correctos, los cuales no pueden ser justificados. Y tal vez mal dirigidas porque los jugadores y el entrenador Aquivaldo Mosquera hacen esfuerzos para ganar, pero esa nómina es limitada, así que, los reclamos deberían dirigirse hacia los directivos, quienes ilusionaron a los seguidores con un equipo grande, por eso ellos respondieron comprando los abonos y en cada juego acompañan y sufren en las tribunas.
Por ahora hay que pedirles a los asistentes al estadio que guarden compostura, también hay que confiar en que se enderece el camino en lo deportivo y se logren los puntos que lo saquen del incómodo lugar de la tabla de clasificación. Esperemos que la nueva penalización no sea tan gravosa.
jorgepabonl@yahoo.com
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