A Diego Hernández Raguá la vida en el deporte lo llevó por un camino que no imaginó.
Jugó fútbol con su primo hermano, Joe Louis Raguá, exjugador y campeón con el Cúcuta Deportivo. También compartió la alegría del fútbol con los hermanos Briceño, Oscar y Daniel (ya retirados), así como con Yulian Anchico, actualmente futbolista de Jaguares de Córdoba.
Diego jugó con ellos en la escuela de Quinta Oriental de Elkin Uribe, que ha forjado jugadores al profesionalismo, pero no fue su caso. Su destino sería el baloncesto, ni el mismo se lo llegó a creer, pero hoy es un entrenador de bases menores.
Como futbolista se desempeñó en la función de lateral izquierdo, la misma posición en la que actuaba Joe, pero “menos patadura” cuenta Diego, en medio de risas.
Nacido en Herrán, a los 9 años se vino con su familia para Cúcuta y se radicó en Villa del Rosario donde cursó todos sus estudios.
“Fue muy difícil en mi etapa como jugador de fútbol y a los 12 años me cambié de deporte y la verdad me ha ido un poco mejor con el baloncesto”, reseño Hernández Raguá.
Diego rememoró que la oportunidad que le dio Javier Duarte, cuando presidió la Liga, “me sirvió mucho, inicialmente de forma empírica y después me capacité en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y en los campamentos que traían por ese entonces (hace unos diez años)”.
El instructor indicó que después de haber participado en el torneo Interligas de minibasquet en Cali (2012), con el equipo rojinegro acompañado de José Vaquero se le abrieron las puertas en este deporte.
“Me empezaron a contactar de varios lados a nivel nacional y mi primera salida internacional fue a Uruguay a un campamento que se llama Barcelona Elite, luego pasé a Argentina, donde trabajé en la Escuela Nacional de Entrenadores, viajé a Tarija, Bolivia (laborando con escuelas de formación) y también estuve en Perú donde fuimos campeones de los Juegos Judiciales y campeón regional en el Callao y en los Juegos Nacionales Escolares”.
Tras toda esa aventura, Hernández Raguá manifestó que se fue proyectando y a través de una página que creó se dio conocer más, llevando y mostrando su proyecto.
Cuenta Diego también que ha estado en seminarios con los entrenadores, Ricardo Bojanich y Jorge Díaz Vélez, para él los que más saben de baloncesto formativo en Suramérica.
Todo eso le sirvió para seguir aprendiendo, adquiriendo experiencia y formando baloncestistas desde la base que su especialidad.
Sale de la ciudad
En el 2013 salió de Cúcuta (a mostrar sus conocimientos) y en 2015 del país. Su última travesía fue en México. Pero debido a la pandemia y el fallecimiento de su papá se encuentra en Cúcuta mirando posibilidades, antes de volver a viajar. Por ahora, está trabajando el club que fundó y se inició como entrenador Víllaros Baloncesto de Villa del Rosario.
“Acá hablado con el profe Mauricio Rodríguez, preparador físico actual de Motilones del Norte, y presenté mi hoja de vida al presidente de la Liga esperando alguna respuesta. De igual manera, con director del IMRD de Villa del Rosario hemos hecho acercamientos”, comento el entrenador.