El expresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cúcuta, Sergio Andrés Entrena Fernández, reaccionó a las declaraciones entregadas por la junta directiva de la entidad, sobre algunas de las razones que motivaron su salida del cargo, en marzo pasado, y negó que su plan de modernización no haya sido consultado, como se aseguró.
El máximo órgano de administración de la entidad cameral señaló en una entrevista para La Opinión, publicada ayer, que los cambios en la estructura organizacional fueron adelantados por Entrena sin consultar de manera previa a la junta directiva y sin allegar algún tipo de estudio técnico que lo soportara, además de que evidenciaban “eventuales riesgos de incumplimiento estatutario, de índole administrativo, económico y jurídico-laboral”.
Al respecto, el exrepresentante legal de la Cámara aseguró que el esquema que puso en marcha antes de ser removido de sus funciones contó con los respectivos estudios, la asesoría de un profesional experto en la materia y que no fue un asunto improvisado, pues fue el resultado de muchas horas de reuniones, de diálogos con los distintos equipos y de un análisis riguroso a la operatividad de la entidad.
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“El consultor que se contrató para hacer todo el tema de la planeación estratégica me decía que era increíble que el presidente ejecutivo tuviera que dirigirse directamente a cada uno de los 13 directivos o gerentes para darle manejo al día a día y a la operatividad de la Cámara. Que así funcionan las estructuras antiguas en las cuales se quiere concentrar el poder de todo en una sola cabeza y que eso estaba mal, que los esquemas gerenciales modernos no funcionan así”, explicó Entrena.
Agregó que, si bien los estatutos no indican que los cambios que planteó y entre los que se cuentan, la transformación de las gerencias en vicepresidencias, el ajuste en las funciones de algunos cargos y la creación de la figura del ‘controller’, tengan que ser avalados por la junta directiva, él decidió consultarlos, para que este fuera un proceso consensuado.
“Una cosa es la planeación estratégica, que sí es por estatutos y yo tenía que someterla al aval de la junta. Ese era el Plan Activa 180, que lo presentamos y todos lo avalaron. La nueva estructura organizacional no tenía que ser presentada, pero actuando de buena fe les comenté, les consulté y se las presenté, no a todos, pero sí a la mayoría, como a 6 o 7 de los 9 integrantes, y todos estuvieron de acuerdo”, aseguró.
Dijo que, evidentemente, algunos no eran partidarios de su propuesta, y que por eso les planteó la idea de que la revisaran en conjunto para sugerir lo que no les parecía, pues en últimas el objetivo no era seguir con las tensiones internas sino mejorar el funcionamiento de la entidad. Sin embargo, la respuesta fue su salida de la Cámara.
“El tema candente era que teníamos que separar el control interno, la auditoría corporativa, de la Secretaría de Gobierno, porque nadie puede ser juez y parte a la vez. Eso no puede ser y se sabía que eso iba a tener alguna controversia con algún miembro de la junta. A partir de ese momento es cuando se agita nuevamente la tensión y termina como terminó”, sostuvo Sergio Entrena.
‘El cambio estaba en proceso’
El saliente presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio rechazó también lo dicho por la junta, en el sentido de que los cambios que implementó representaban posibles riesgos.
“No es cierto que el plan representaba riesgos. El cambio y la implementación de la nueva estructura no era inmediato, todo estaba corriendo dentro de los tiempos previstos. Los riesgos llegan porque, de mutuo acuerdo y de buena fe, frené la implementación de la nueva estructura, para solventar las dudas que ellos tenían y me sacan”, manifestó Entrena.
Aseguró que una vez se definió la nueva estructura, a mediados de febrero, él pudo haber procedido directamente y avanzar en los siguientes pasos que eran: ajustar el esquema al sistema de gestión de calidad, notificar a la Superintendencia de Industria y Comercio, y legalizar los cambios, pero que en lugar de eso, decidió esperar a que quienes no estaban de acuerdo hicieran sus propuestas, pero menos de un mes después la junta aprobó su desvinculación.
“Yo confié en la palabra de ellos y a los días me sacaron”, reiteró.
El expresidente cuestionó que los mismos directivos que no estuvieron de acuerdo con la separación de control interno, de Gobierno, “fueron los que entraron a revisar el plan y claramente qué objetividad iba a haber”.
Despiden a vicepresidente
La llegada de Armando Peña Castro a la Presidencia Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Cúcuta, el pasado 26 de abril, produjo ya las primeras movidas al interior de la entidad, y estas no han escapado a la controversia.
El lunes de esta semana, Peña notificó al vicepresidente corporativo de la institución, Mario Alberto González, de la terminación de su contrato laboral.
“En mi calidad de presidente ejecutivo de la Cámara me permito comunicarle que la empresa ha tomado la decisión de dar por terminado, de forma unilateral y sin justa causa, su contrato individual de trabajo a término indefinido suscrito el 1 de octubre de 2020. Por lo tanto, estará vinculado a la Cámara hasta la finalización de la jornada de trabajo del 3 de mayo de 2021”, se lee en la carta de despido.
Lo que llama la atención de esta salida es que González fue quien asumió la representación legal de la entidad, en calidad de suplente, cuando se produjo la desvinculación de Sergio Andrés Entrena, y el mismo que respondió de manera negativa a las dos solicitudes que en menos de una semana le elevó el presidente de la junta, Mario Alberto Latiff, para que procediera de manera inmediata con la vinculación laboral de Peña Castro, pese al contrato por $128 millones que en este momento lo inhabilitaba para asumir esa función.