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Política
El senador del Centro Democrático que se posesionó con un caso abierto por desaparición
La Corte Suprema le abrió una investigación a José Vicente Carreño por su supuesta participación en un secuestro cuando fue policía en Arauca.
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Colprensa
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Lunes, 25 de Julio de 2022

Eran cerca de 20 hombres, iban vestidos como miembros del Ejército y con complicidad de policías, en 15 minutos sacaron sus fusiles para secuestrar a cerca de ocho personas que departían a las afueras de una tienda de Tame, Arauca.

Para hacerlo, los 20 paramilitares saltaron de tres camionetas que supuestamente les ayudaron a entrar al lugar dos patrulleros y un sargento de la estación policial del pueblo que, para 2003 –fecha de esta toma paramilitar–, vivía hostigado por la violencia. La noche de los hechos fue el 6 de febrero, la gente se alistaba para dormir y el joven Alejandro Santiesteban y sus siete vecinos eran los que estaban afuera de la tienda al momento del secuestro. Algunos de ellos no volvieron jamás a sus casas.


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Lo que pasó no solo quedó en la memoria de las familias, sino también en un expediente de cientos de páginas conocido por este diario, en el que se lee el crudo relato que vivieron dichas personas por cuenta de la veintena de paramilitares del Bloque Vencedores de Arauca.

La descripción de cada escena la ayudaron a armar algunas víctimas y los mismos desmovilizados, y por sí sola ya es una pieza de suma relevancia para el esclarecimiento del conflicto. Lo que pasa es que en las últimas semanas esta historia ha cobrado mayor peso porque a dicha toma estaría vinculado un político que sería uno de los policías que dio el consentimiento a los hombres armados con fusiles.

Ese presunto implicado se posesionó como senador de la República el 20 de julio. Su nombre es José Vicente Carreño –dice haber sido tres veces el mejor policía del país–, y gracias al aval del Centro Democrático y a los 49.470 votos que sacó, el miércoles saltó de la Cámara al Senado, adonde llevó dos fotos con las que lamentó los recientes asesinatos de soldados y policías.

Ese premio en su carrera política tiene una piedra en el camino nada más y nada menos que por la presunta desaparición forzada del joven Alejandro Santiesteban, quien era un jornalero de 27 años que vivía con su esposa e hija, y que en la noche de ese 6 de febrero salió a cobrar una plata que le debían y luego se fue a jugar cartas con amigos en la tienda cercana a la casa de su mamá.

Ese fue el último instante en el que Alejandro gozó de libertad, pues hacia las 10 de la noche llegaron los paramilitares armados preguntando por la guerrilla. Nadie dijo mayor cosa, así que el grupo camuflado con prendas similares a las del Ejército tiró al suelo e insultó a varios de los presentes, llevándose a cerca de ocho de ellos.


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Entre las víctimas estuvo Alejandro, y como en su secuestro hubo la posible complicidad de Carreño –entonces policía y hoy senador por el partido de oposición–, la Corte Suprema le abrió en marzo de este año una investigación por el delito de desaparición forzada. Dicho caso está en la Sala de Instrucción del alto tribunal, y lo tiene a cargo la magistrada Cristina Lombana, quien llamó a indagatoria al implicado para resolver si la mención en su contra es cierta.

 

El presunto nexo

Resulta que el congresista José Vicente Carreño, nacido en Barrancabermeja pero hijo adoptivo de Arauca, sería uno de los patrulleros que estuvo en la reunión en la que los paramilitares previamente lograron el visto bueno para llegar en la noche hasta la tienda del barrio La Unión, en Tame.

Toda esa versión reposa en un documento de 1.379 páginas emitido por una Sala de Justicia y Paz de Bogotá. En el fallo aparecen tantos casos que este en particular parecería perderse entre tantos crímenes, aunque está soportado con los testimonios que dieron los paramilitares desmovilizados. Uno de ellos es Norberto Casas, alias Boyaco, quien narró que antes del fuerte episodio, los paras conocidos como alias Cantante y Cero Tres se encontraron con los policías que dieron el beneplácito para entrar en no más de 20 minutos a bordo de camionetas.

En su relato, Casas admitió que nunca habló con el policía Carreño, pero sí aclara que el entonces patrullero sabía muy bien lo que querían hacer los del bloque paramilitar. De hecho, detalló que con una actitud de poder incluso más grande que la del sargento –su superior–, Carreño fue el contacto directo con alias Cero Tres para esa toma.

Lo que siguió después de la cita entre ilegales y policías fue ejecutar el plan, y en él es que secuestraron a Alejandro Santiesteban, a Luis Elicio Díaz –dueño de la tienda–, a Otoniel Díaz y a otras cinco personas. En ese expediente que cobró vida en marzo, el propietario del negocio podría ser pieza clave en el proceso que se abrió contra el político, pues sumó su versión ante las autoridades después de que lo liberaron.


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Esa vez narró que los paramilitares fueron soltando uno a uno a los secuestrados. En su caso, lo alcanzaron a llevar hasta donde estaba el comandante paramilitar Carlos Gardel, alias Cantante, quien les puso un puñal en el cuello para obligarlos a confesar que eran guerrilleros.

Tres horas después de la amenaza, a Luis Elicio lo soltaron con el compromiso de presentarse al otro día al campamento. Y así fue, él regresó, y cuando preguntó por Alejandro le contaron que lo habían soltado, algo muy distinto a la respuesta que recibieron después mamá y pareja del joven. Ellas se acercaron hasta donde los paras, quienes respondieron que jamás lo habían secuestrado, que si eso era cierto, de pronto habían sido los guerrilleros.

Mintieron. De acuerdo al testimonio del desmovilizado Casas, un paramilitar conocido como alias Milicia mató a Alejandro Santiesteban y luego lo enterró, haciendo hincapié en que esta persona solía desmembrar a sus víctimas.

De ese episodio, algo de lo último que se logró establecer es que a Alejandro lo habrían enterrado en una finca llamada La Envidia.

 

¿Qué dice el congresista?

La fecha para que el senador acuda a la indagatoria en la Corte Suprema aún no ha sido revelada, sin embargo, José Vicente Carreño ya dio su versión sobre la desaparición que podría derivar en una condena.

Hace tres años, a Noticias Uno le manifestó que como policía, para ese entonces él no estaba asignado a Tame. Para ahondar en la mención del paramilitar, este diario intentó comunicarse con el congresista, pero no contestó.

Lo que sí ha reconocido es que él es hermano de Campo Elías Carreño, quien fue paramilitar del Bloque Vencedores de Arauca.

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