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Política
Hubiese preferido morir en el atentado: exprocurador Carlos Mendoza
“Han denigrado de manera miserable y perversa de mi vida privada y familiar”.
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Hugo González Correa
Sábado, 25 de Junio de 2016

El exprocurador judicial Carlos Fernando Mendoza fue víctima de un atentado que por poco le cuesta la vida el 13 de junio de 2012 en el barrio Ceiba II de Cúcuta. 

Una fecha que partió en dos su vida y su carrera profesional, la cual dedicaba en los días previos al ataque a combatir a peligrosos comandantes paramilitares y guerrilleros que buscaban libertades luego de ser condenados.

La batalla por su protección entre organismos del Estado y Organizaciones No Gubernamentales, la perdió. Cuatro de los autores materiales fueron detenidos, pero aún faltan los intelectuales.

Hoy, desde el exilio y donde prepara dos libros sobre su vida, habló con La Opinión. 

¿Cuánto tiempo completa fuera de Colombia y con quién vive allí? 

Me encuentro fuera de Colombia con mi señora y mi hija desde hace 30 meses. Por políticas de seguridad del país que me protege no puedo revelar su nombre.  

¿Cómo fueron esos primeros días lejos de Cúcuta y cómo ha sido el proceso de adaptación? 

No solamente los primeros días, sino todo el tiempo. Ha sido un  proceso demasiado traumático, difícil y complejo, sumado al hecho  de que llegué con un cuadro clínico siquiátrico de shock postraumático y otras dolencias como  consecuencia del atentado. Nos ha afectado todo,  mi situación económica, la cultura, la lengua, la alimentación, el vestido, etc. Soportar temperaturas de menos 40 grados no es nada fácil. Hemos sufrido en carne propia el síndrome del inmigrante.      

¿Qué ha sido lo más difícil de este inesperado cambio de vida?  

Todo, dejar a mis padres, quienes por los hechos ocurridos se han  enfermado gravemente, incluso mi madre estuvo desaparecida cuatro días en Cúcuta. Aceptar que no tenía compañeros de labores, pues no me han hecho una sola llamada para preguntar si estoy vivo o muerto.

¿Está trabajando en algo referente a su profesión como abogado? 

No, infortunadamente tengo dos problemas graves para trabajar en mi profesión u otra profesión u oficio. El primero, se necesita ser abogado en este país y en segundo lugar por prescripción médica- siquiátrica, me han  incapacitado para ejercer cualquier labor. Me he dedicado a estudiar el idioma, otra lengua.

¿Extraña sus funciones en la Procuraduría y su vida en Cúcuta? 

Claro que sí, era lo que más hacía con pasión y sentido de pertenencia y justicia. En cuanto a mi Cúcuta querida, mi tierra que me  vio nacer y crecer como persona y profesional, terruño de mis padres y demás familia, es un  hecho inocultable el sentimiento profundo que me embarga no poder culminar mi vida en la tierra que más amo. Los pasteles de garbanzo, el masato, el mute, las morcillas de la quince,  los cortados, las cucas y el queso de La Garita.

¿Contó o cuenta con el apoyo de algún gobierno o institución nacional o internacional en su salida y actual estadía fuera de Colombia? 

Desafortunadamente, muy a pesar de que hice todo un peregrinar de institución en  institución para contar con algún apoyo para salir del país, en todas partes me cerraron las puertas. Siempre creí en las ONG, empezando por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), pero nadie me tendió la mano. La procuradora delegada para los  Derechos Humanos me dijo que no podían hacer nada por mí. 

En su caso, fueron capturados cuatro de los autores materiales de su atentado, ¿en qué quedó el proceso judicial de cada uno de ellos? 

Lo que sé es que el sicario que me disparó y a quien yo perdoné, se desapareció. A otro le anularon los cargos y creo que hay dos condenados (…)  la investigación no ha avanzado en la autoría intelectual y muy seguramente va a  quedar en la impunidad. 

Recientemente fue detenido en Bogotá Carlos Garnica Vargas, exjuez primero de ejecución de penas y medidas de seguridad (por prevaricato por acción) a quien usted señaló como la persona que concedía seguidas detenciones domiciliarias a comandantes paramilitares y guerrilleros condenados. Situación que usted advirtió y apeló en algunos casos. ¿Garnica o aquellos beneficiados tendrían que ver algo con su atentado como autores intelectuales? 

No fue en algunos casos que interpuse  recurso de apelación, fue en la mayoría de esas decisiones que a mi sentir no estaban ajustadas  a derecho y de eso tenía pleno conocimiento el Tribunal de Cúcuta. En cuanto a la pregunta, se especula  mucho  sobre el particular, pero realmente no sé si sea cierto que dicho personaje (Garnica) esté comprometido en mi atentado. Y,  en cuanto a los criminales que fueron favorecidos con esas decisiones o iban a ser beneficiados, ahí está la posible autoría intelectual. 

¿Falta alguien por capturar que estuviera de manera directa o indirecta relacionado con su caso? 

Claro que sí, lástima que ustedes no tengan acceso a la investigación. Faltan los autores intelectuales y la posible participación de mi escolta en el atentado. 

Usted denunció que, tanto Alejandro Ordóñez, procurador general de la Nación, como el coronel Álvaro Pico Malaver (entonces comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta), le dieron la espalda. ¿Ha podido superar ese sabor amargo?  

Ese sabor amargo aún no lo he podido  superar, máxime cuando el comandante de la Policía primero me condecoró y luego llegó hasta la clínica a decirme que por órdenes superiores me retiraba el esquema de seguridad. En cuanto a Ordóñez, lo que hizo fue trasladarme a Tunja  argumentando que no me podía brindar seguridad por falta de recursos. 

¿Qué lo deja conforme e inconforme frente al obrar de la justicia en su caso? 

Después de 4 años del atentado, solo se ve lo que hizo Martha Inés Mora Flores, fiscal de Derechos Humanos, quien pudo establecer por lo menos a los autores materiales. Tengo  que decir, que muy a pesar de haber solicitado mi pensión de vejez por trabajar más de 30 años al Estado, me la negaron. 

¿Es verdad que está escribiendo un libro?

Tengo otras cosas por contar que se irán a saber en dos libros que estoy escribiendo y que en un futuro próximo serán publicados.

¿Qué cambiaría de todo lo que le sucedió en su vida? 

Cambiaría que no se hubiese ordenado mi  atentado para continuar  ejerciendo las funciones del Ministerio Público. A veces, en estado de tristeza y depresión, siento que hubiese preferido morir en el atentado y no tener que ver todas las injusticias por las que he pasado y sigo pasando.  

¿Sueña con volver algún día a Colombia o a su querida y natal Cúcuta? 

Sí, claro, quisiera volver y desde luego a mi Cúcuta linda.

¿Quedó alguna moraleja? 

Tenemos que seguir adelante y luchar por una Colombia mejor. No nos podemos rendir, porque de lo contrario entraríamos en un caos donde la mediocridad, la ignorancia, la corrupción, la perversidad y la proclividad sería lo que reinara. Son más los buenos que los malos

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