Pasados cuatro meses del estrepitoso hundimiento de la reforma a la salud en tercer debate, este martes el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, confirmó que la próxima semana el gobierno de Gustavo Petro radicará una vez más la iniciativa en el Congreso de la República.
Según Cristo, se trata de un proyecto que “en el último año el Congreso ya ha discutido y debatido mucho”. En esa línea, manifestó que también se radicará la ley de jurisdicción agraria y la reforma laboral, que fue aprobada en primer debate el periodo pasado y que ahora se apresta para su segunda discusión.
Sin embargo, frente a la reforma a la salud, Cristo aseguró que sigue en la búsqueda de consensos. “No está lista todavía, seguimos escuchando los distintos sectores, se han avanzado. El Gobierno hizo un acuerdo con las EPS del régimen contributivo y subsidiado y esa es la base del nuevo texto”.
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Cristo agregó que desde el Gobierno seguirán escuchando esta semana a las asociaciones de pacientes, a las clínicas y hospitales privados y públicos para lograr sacar el articulado para la próxima semana y de la cual aún no se define si se tramitara como ley ordinaria o estatutaria.
Finalmente, señaló que tras la presentación de estas reformas, también vienen en camino la reforma a los servicios públicos y la ley minera.
Cristo sostuvo este martes varios encuentros con diferentes bancadas con asiento en el Congreso de la República con miras a ambientar las reformas del gobierno de Gustavo Petro. Lo anterior, en el marco también del mentado acuerdo nacional del Ejecutivo.
La primera reunión se realizó con la bancada en el Senado del Partido de La U. Posteriormente, sostuvo un encuentro de primer orden con integrantes de la Comisión Primera del Senado, donde no solamente aterrizaría un eventual proyecto de Asamblea Nacional Constituyente, sino también la iniciativa de reelección presidencial.
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Además, se reunió en la Casa La Giralda, en la sede del Ministerio, en el centro de Bogotá, con la bancada conservadora de la Cámara de Representantes, y posteriormente hizo lo propio con la bancada del Partido Liberal en la Cámara.
Sin dejar de lado la mermelada, pero con un énfasis en la otrora esquiva concertación –así como la negociación y el diálogo–, el Gobierno de Gustavo Petro busca darle un nuevo aire a su ambiciosa agenda reformista en el Congreso.
El desafío no es de poca monta. El Ejecutivo solo tiene este tercer año legislativo para tramitar las reformas, pues en el siguiente periodo los congresistas entrarán en modo elecciones y, como es usual, tomarán una distancia aséptica de un gobierno impopular.
Cristo es consciente de que están al filo de la etapa de negociaciones y que, si no presiona el acelerador, prontamente se puede entrar a la fase apática del Congreso, por lo que ha puesto en marcha una estrategia que incluye un verdadero ejercicio de escucha y negociación.
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