Como es tradicional en el cierre de las sesiones ordinarias del Congreso de la República no faltó la polémica de la legislatura, en esta ocasión se trató del proyecto de ley que había presentado la oposición para extender la vigencia de la matrícula cero para los estudiantes de los estratos 1, 2 y 3 del país que estudien en instituciones educativas públicas.
La iniciativa se hundió en la Comisión VI del Senado, bajo el criterio de que la misma no tenía el soporte económico para hacer realidad la extensión del apoyo educativo, el cual según dijo el gobierno se garantiza para el segundo semestre del 2021 y se buscará convertirlo en un programa de estado.
Precisamente el presidente Iván Duque, aseguró éste jueves con respecto al proyecto que “la política de matrícula cero, de la cual hablamos tanto en campaña, se convierte en política de Estado para beneficiar de la universidad pública y las ITT a los estratos 1, 2 y 3 y empieza este segundo semestre para poderlo hacer política de Estado y se garantiza en el 2022 y le dejaremos para el próximo gobierno el compromiso de continuar con esta revolución social para con los jóvenes de Colombia”.
Pero el hundimiento del proyecto llevó a que desde la oposición se cuestionara por las redes sociales a quienes votaron en ese sentido y por lo que no asistieron. Uno de los cuestionado fue el senador liberal, Horacio Serpa, quien aseguró que votó en ese sentido porque era una norma que no tenía un sustento financiero para que siguiera adelante. “Voté en contra de un proyecto de gratuidad que no tiene fuente de financiamiento, no tiene tampoco respaldo fiscal, lo cual lo hace inviable de cara a la realidad económica del país, tampoco establece la focalización para orientar esos subsidios a quienes realmente lo necesitan”, indicó.
Otro de los proyectos que está a punto de hundirse es el acto legislativo que tramitó el representante a la Cámara uribista Gabriel Santos, quien pide que el periodo de descanso de los congresistas sea recortado en dos meses, para que las sesiones inicien en enero y o en marzo como es tradicionalmente.
El inconveniente, según Santos, es que el proyecto debe ser discutido en la plenaria en cuarto debate y para que no se hunda deberá hacerse máximo el domingo, que es último día de las sesiones ordinarias, porque de lo contrario se hundirá, ya que la primera vuelta (cuatro debates) debe darse en una misma legislatura.