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“Valoro la opción de Gustavo Petro y votaré por él”: Pedro Durán
El exsecretario de Víctimas del departamento habló de su próxima movida política.
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Lunes, 8 de Marzo de 2021

De ideología liberal, Pedro Durán Barajas es un nortesantandereano visible en la política regional. Es sociólogo, graduado en la Universidad Nacional de Colombia. Se ha desempeñado en la docencia en la Universidad de Pamplona y la Escuela Superior de Administración Pública (Esap). 

Fue concejal de Cúcuta entre 2009 y 2014. También tuvo funciones de asesor en el Congreso. Desde comienzos de 2020 y hasta hace unas semanas, fue secretario de Víctimas de Norte Santander y renunció a este cargo para volver al activismo político en la tolda de la Colombia Humana, corriente liderada por el aspirante a la Presidencia, Gustavo Petro.

En entrevista con La Opinión, Durán habló de su gestión oficial y de los nuevos proyectos.

¿Qué destaca de sus funciones en la Secretaría de Víctimas, Paz y Posconflicto en el tiempo que estuvo en ese cargo?

Fuera de las funciones de apoyo a los municipios en sus responsabilidades con las víctimas y la orientación legal que se prestó a las Mesas Municipales de Víctimas, sobre todo las del Catatumbo, intervine en espacios como el Consejo Departamental de Paz, las Mesas Municipales y Departamental de Víctimas y la Mesa Humanitaria del Catatumbo. De especial relevancia fue impulsar la formulación del proyecto Catatumbo Museo de la Memoria y Laboratorio Multimedia.

¿Es suficiente lo que se hace como reparación a las víctimas del conflicto armado?

El esfuerzo reparador, que según la Ley de Víctimas descansa sobre todo en la Nación a través de la Unidad de Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras, claramente es insuficiente. Decenas de miles de víctimas que llevan años esperando recibir indemnizaciones por homicidio o desplazamiento deberán continuar esperando varios años más, a menos que se incrementen los recursos nacionales destinados a repararlos. También hay miles de solicitudes de restitución de tierras en mora. Las expectativas enormes que creó la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras no han sido acompañadas por un esfuerzo presupuestal de igual tamaño. Ahora que el presidente Duque acaba de sancionar la prórroga de la Ley espero que su gobierno haga un esfuerzo económico mayor.

En el Catatumbo persiste el conflicto entre los grupos armados, ¿cree posible una salida pronta a esa situación?

Una de las obligaciones del Acuerdo de Paz que ha incumplido el Gobierno Nacional es ocupar efectivamente las zonas donde las Farc ejercían autoridad antes de desmovilizarse. Veamos el caso de la zona rural al norte de Tibú: inicialmente ejercían control las Farc, después los paramilitares y tras su desmovilización, regresaron las Farc, que se desmovilizaron en 2016. Hoy el control lo ejercen sobre todo las disidencias y el Eln. El Gobierno fracasó en recuperar ese territorio porque su enfoque enfatiza la fuerza, cuando eso es apenas una parte de la ecuación. El Ejército y la Policía solos no garantizan la recuperación del territorio cuando entidades como el SENA, el ICBF, las Universidades, el ICA son completamente desconocidas. 

¿Cuenta mucho el narcotráfico en que el espiral de violencia se mantenga en esta subregión?

Por supuesto. La coca es el cultivo más importante de Norte de Santander, son unas 45.000 hectáreas. Ningún otro cultivo alcanzó nunca semejante extensión. La palma, el cultivo legal más importante, tiene 26.000 hectáreas sembradas. Miles de familias pobres siembran coca y son mayoritariamente gente pacífica, victimizada y desarmada. Están aislados y sus productos agropecuarios se afectan por sobrecostos altísimos. Esa es la gente que se habría beneficiado del punto cuarto del Acuerdo de Paz, que no se ha cumplido. 

Desde el Gobierno, sin embargo, se insiste en la erradicación, ¿cree que esto podría agudizar el problema?

La mayor parte firmó acuerdos de sustitución voluntaria, pero ahora el Gobierno Nacional argumenta que no hay recursos. Nuestros campesinos del Catatumbo necesitan ayuda para dejar de sembrar coca. Si se insiste en erradicar forzosamente y fumigarlos se forzará su desplazamiento y se les condenará a la enfermedad y la miseria. Ese proceder solo sería legítimo si se cumple lo pactado con ellos. Como nortesantandereano, pido solidaridad y comprensión con nuestros propios campesinos. 

¿Y cómo está el ánimo de la comunidad del Catatumbo?

Es pesimista. Y entre más aislada, entre más interna está la gente en las profundidades del Catatumbo, su desaliento crece. En eso tiene mucho que ver el incumplimiento de puntos claves del Acuerdo de Paz, especialmente la sustitución voluntaria de la coca. Sin embargo, hay que decir que el arraigo por su territorio los mantiene resistiendo y con esperanza.

Museo de la Memoria

¿En qué va su iniciativa de un Museo de la Memoria en la región?

Va muy bien. En este momento el proyecto ya tiene una primera formulación completa gracias a la cooperación del programa PROPAZ/GIZ del gobierno alemán, que contrató a la Fundación El Pilar. Esta entidad y su director Álex Brahím trabajaron intensamente a lo largo de 2020 e hicieron hace poco una presentación pública del proyecto. 

¿Cuál es la importancia de este proyecto?

Catatumbo Museo de Memoria y  Laboratorio Multimedia es fundamentalmente un museo de historia regional nortesantandereana que recupera la identidad de Cúcuta como capital de la cuenca binacional del río Catatumbo. También es un museo de la cultura Barí y de la colonización y las violencias del Catatumbo. En este museo no hay objetos, sino experiencias audiovisuales creadas en un laboratorio multimedia. Está concebido pensando especialmente en que los jóvenes recreen la experiencia histórica que implica ser catatumberos y nortesantandereanos.

¿Y su valor agregado?

El proyecto ambiciona ser un semillero de creadores audiovisuales, cineastas, documentalistas y en ese aspecto se ubica dentro de las estrategias de economía naranja. Se ha propuesto que tenga como sede un edificio histórico del centro de Cúcuta cuya propiedad comparten la Alcaldía y la Gobernación, que fue la antigua sede de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero y de la Sociedad de Mejoras Públicas. Se quiere que tenga fuerte presencia en internet y sedes en los municipios PDET del Catatumbo. Un Museo como este, concebido a partir de la experiencia de museos contemporáneos en América Latina y Europa, es un sueño que la región tiene desde hace décadas, y a partir de esta primera formulación pagada por GIZ arranca con paso firme. 

A propósito, ¿cuál cree que es la participación del Gobierno Nacional en la construcción de paz en Norte de Santander?

El papel del Gobierno en la construcción de la paz está muy afectado por un criterio estrecho que enfatiza la fuerza y las inversiones del PDET sin que estas últimas se coordinen bien con las organizaciones campesinas y las juntas de acción comunal del Catatumbo. Si así se hiciera, estoy seguro que el posconflicto marcharía por caminos mucho mejores.

¿Cuáles son sus proyectos políticos a futuro?

Busco un gobernante comprometido totalmente con la opción de la sustitución voluntaria de los cultivos de uso ilícito con apoyo económico y asistencia técnica del Estado, y que no comulgue con métodos que causan desplazamiento, enfermedad y miseria. Por eso, valoro la opción de Gustavo Petro y votaré por él. Con esta perspectiva, como ciudadano continuaré apoyando los procesos que desde las comunidades y las organizaciones sociales busquen la paz en nuestra región.

¿Qué percepción tiene de quienes son responsables del manejo del departamento?

El gobernador Silvano Serrano es una persona muy capaz y muy experimentada. Tiene mucha experiencia en procesos de planeación y eso le permitirá aprovechar mejor que otros departamentos los recursos nacionales.

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