Las cifras de muertes violentas que reveló la Policía Metropolitana de Cúcuta sobre la comuna 6, conformada por 78 barrios y con una población que bordea los 142 mil habitantes, son tan impactantes como la flagrante impunidad que la sacude desde hace más de una década.
De los 243 homicidios que se cometieron en Cúcuta durante el año pasado, 44 fueron en esta zona ubicada en el norte de la ciudad que colinda con el puente internacional Francisco de Paula Santander, el aeropuerto Camilo Daza y la Cárcel Modelo, en las vías a los corregimientos San Faustino, Buena Esperanza y Agua Clara.
Esto significa que 18 por ciento de los crímenes de la ciudad ocurrieron en esta comuna, lo cual deja ver que los altos índices de violencia en ese extremo de la capital nortesantandereana no han podido ser reducidos por ninguna autoridad hasta el momento.
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Las estadísticas también reflejan que esta comuna ha ocupado el primer lugar en los índices de violencia durante los últimos dos años, pues en 2016 se presentaron 45 homicidios de los 259 que hubo ese año en Cúcuta.
La preocupación de los vecinos de barrios como Virgilio Barco, Porvenir, Aeropuerto, Simón Bolívar, Alonsito, Toledo Plata, Panamericano, El Salado, La Ínsula, Colinas de la Victoria, Sevilla, Cerro Norte, Cerro de la Cruz, Las Américas, El Cerrito y San Gerardo, ante esta estadística luctuosa, es que no se sabe de capturas de responsables.
Ser epicentro de un territorio tan estratégico para las bandas criminales, como quiera que allí confluyen rutas y trochas ilegales empleadas para el contrabando y narcotráfico, ha influido notoriamente en la crisis social y de violencia que estremece a la comuna 6, aseguran dirigentes comunales consultados por La Opinión.
Apolinar García, presidente de la asociación de ediles del norte de Cúcuta, fue contundente en atribuir las causas del derramamiento de sangre al “descarado abandono en que han tenido las autoridades a esta comuna”.
Pero no solo a esto, “también al microtráfico, que se mueve como pez en el agua en al menos 48 barrios, en su mayoría de invasión”, según dijo.
Esto lo confirmó el comandante de la Policía, coronel Javier Barrera, al señalar que allí el microtráfico, el contrabando y el narcotráfico confluyen, y “eso es lo que provoca que se presenten tantos asesinatos”.
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Se defendió asegurando que sí se han producido capturas. “Todos los días lo hacemos, pero cada vez salen más delincuentes, en una lucha por el control del territorio”.
García sostuvo que el problema más grave es que las autoridades hacen caso omiso a los llamados y denuncias que se hacen acerca de lo que está pasando en la comuna.
“Le hemos solicitado a la Policía que haga barridos, que aumente la vigilancia, pero no nos prestan atención”, dijo. “Tampoco vemos que las cámaras se seguridad sirvan de algo, porque se está asesinando a la gente y no hay capturados; los asesinos huyen sin obstáculo alguno”.
Otra causa de la violencia que sacude a esta comuna es la ausencia de inversión de la Alcaldía.
“Los jóvenes se están metiendo a la drogadicción, porque no tienen espacios para la recreación y el deporte. Aquí se necesitan pistas de patinaje, baloncesto, voleibol, atletismo, para que los jóvenes inviertan su tiempo libre en algo productivo”, agregó García.
El plan de las autoridades
La Alcaldía de Cúcuta y la Policía tienen en marcha un plan para frenar la violencia que sacude a la comuna 6. El secretario de Seguridad Ciudadana, Mauricio Franco, dijo que con la puesta en marcha de la estación de policía de El Trigal se va a contener la racha de homicidios y se mejorará la convivencia en esta zona de la ciudad.
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Anunció que con la Policía se emprendió un estudio de las zonas calientes en esa comuna para la instalación de más cámaras de seguridad, en especial en las rutas de escape de los delincuentes.
Por su parte, el comandante de policía de Cúcuta, coronel Javier Barrera, prometió que este año se priorizarán trabajos judiciales contra todas las estructuras que ya están identificadas.
Se atacarán los expendios, los jíbaros, los transportadores, los que prestan la seguridad a las ‘ollas’ y los que comercian la droga a gran escala. Ya está comprobado que empezando con los de abajo, los que están arriba en la pirámide delincuencial no se recuperan fácilmente, puntualizó el oficial.