Desde la tarde del lunes, cientos de familias venezolanas asentadas en las canchas de Sevilla tomaron nuevos rumbos antes de que el gobierno municipal los desalojara.
Después de conocer que se deportaría a los venezolanos que no tuvieran documentos, empacaron.
Según Carlos Gómez, inmigrante, sus compañeros se marcharon en busca de un nuevo parque o un andén que les permita pasar la noche.
Solo se quedaron quienes tienen sus papeles en regla, como el pasaporte. Asimismo, otros esperan “una ayuda” para tramitar sus papeles o “algún permiso especial”, agregó.
Unos buscan soluciones pagando hospedajes diarios de 7 mil pesos, otros esperan que el Gobierno o algún ciudadano les brinden una “última oportunidad”, y los demás aseguran que se irán antes de que los saquen.
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Ante esto, el secretario de Seguridad Ciudadana, Mauricio Franco, explicó que en la tarde de este martes, en la cancha de Sevilla solo quedaban 50 venezolanos, que se comprometieron a salir durante el transcurso del día para despejar el complejo deportivo hoy, a las 8 a.m.
“Para que no lleguen más personas extranjeras a ocupar espacios públicos los cuadrantes tienen orden de reportar cualquier eventualidad relacionada en otros sitios”, dijo Franco.
Este martes, salió el primer grupo de venezolanos hacia Ipiales (Nariño), frontera con Ecuador, recalcó.
“La Cancillería colombiana gestionó los pasajes y los alimentos”, dijo el funcionario. “Son 105 venezolanos que tienen sus documentos en regla, y la mayoría va hacia Ipiales, otros a Bogotá, y unos pocos hacia Bucaramanga”.
Además, declaró que en el transcurso de la tarde del lunes se les brindó acompañamiento, asesoría y ayuda para sellar sus pasaporte, y aclaró que los demás saldrán durante esta semana.