El trabajo con arcilla es un arte que por varias décadas han podido apreciar en sus visitas a El Zulia los habitantes de la capital de Norte de Santander. Macetas, alcancías y otras manualidades son expuestas a diario en las vías principales del municipio, sin embargo, poco se sabe del trabajo que conllevan.
Ismael Eslava, conocido como ‘El Mono’, lleva más de 20 años trabajando en la fabricación de artesanías a base de arcilla; su sueño siempre fue generar empleo y, poco a poco, lo ha logrado.
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“A mí me enseñaron a hacer las materas, me contrataron en una arcillera y aprendí a pintarlas, así trabajé por mucho tiempo, pero tenía claro que no quería solo ser parte de la producción, yo deseaba producirlas”, comentó Eslava.
Tener su propio taller sonaba casi utópico para ‘El Mono’, ya que implicaba tener varios empleados, además de un horno de poco más de dos metros de alto, en el que se quema la arcilla para que llegue a un punto similar a la porcelana.
La lluvia que trajo oportunidades
El primer lugar en donde Eslava empezó a construir el sueño de tener su propia empresa era arrendado. Según contó, no estaba ubicado en un terreno estable, por lo que una fuerte lluvia provocó un deslizamiento y que se perdiera casi en su totalidad.
Esa derrota logró que Eslava se replanteara la idea de adquirir un terreno y, gracias a algunas ayudas, lo pudo lograr. El siguiente paso fue construir el horno.
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“Es un horno artesanal, lo construimos entre tres personas y, aunque nos demoramos un poco, fue un trabajo al que le metimos corazón para que estuviera bien hecho”, señaló Eslava.
Con la apariencia de un iglú, el horno sigue en pie; está hecho en ladrillo, el material que se encarga de transmitir el calor necesario para que las macetas y otras artesanías sean de alta duración.