La idea del Gobierno de dar subsidios para la compra de vivienda usada, para lo cual prepara un decreto, generó inconformismo en el sector construcción de Norte de Santander.
El proyecto está prácticamente listo y sería dado a conocer a inicios de noviembre, dijo hace algunos días la ministra Helga María Rivas. Unas de las condiciones para recibir el auxilio es que el inmueble no esté en zona de alto riesgo.
Para el gerente de la Cámara Colombia de la Construcción (Camacol), Capítulo Cúcuta y Nororiente, Mateo Montebello, subsidiar la vivienda usada puede dinamizar el sector inmobiliario, pero “la gran afectación” la tendrán los constructores, porque la venta de unidades habitacionales usadas no genera empleo.
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“En el sector construcción, de enero a junio en el departamento, se perdieron 6.000 puestos de trabajo. Eso es una cifra abismal. Entonces, si el subsidio va enfocado a la vivienda usada y no a la nueva, que está por construirse, no vamos a ver empleo, compra de materiales ni alquiler de maquinarias; y todo eso va a afectar al motor productivo y al PIB (Producto Interno Bruto) de la construcción y de la región”, expresó.
La alerta del gerente de Camacol no es, para nada, menor, porque, en el reciente informe del mercado laboral del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la directora Piedad Urdinola precisó a La Opinión que la construcción fue la tercera actividad que más decreció en ocupados en el área metropolitana de Cúcuta, con 9,6%, entre junio y agosto. La rama perdió 4.000 puestos de trabajo en el último año, en esta zona de frontera.
Según las constructoras consultadas, como Vértices Urbanos y Viviendas y Valores, el proyecto de la ministra Helga María Rivas no incentiva la ocupación.
No impacta el déficit habitacional
El presidente de la Junta Directiva de la seccional de Camacol y gerente de la constructora Vértices Urbanos, Andrés Ramírez, informó que el subsidio a la vivienda usada no impacta al déficit habitacional, mucho menos la reactivación económica.
“Tampoco logrará tener mejoras en el desarrollo urbano, como sí lo hacen los proyectos nuevos que cumplen con las normas. Colombia necesita construir más viviendas, no comercializar las existentes”, indicó Ramírez.
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El empresario y dirigente gremial recordó que el programa más exitoso que se ha tenido para reducir el déficit habitacional, mover la economía y que sea seguro para el Estado, es Mi Casa Ya, debido a que los recursos se giran cuando está la unidad terminada, el banco ya tiene listo el crédito y la persona recibió el inmueble, por lo que esa “debería ser la bandera del ministerio”.
El gerente técnico de Viviendas y Valores, Raúl Andrés Colmenares, afirmó que el “Gobierno insiste en retirar sus esfuerzos del programa más exitoso”, reconocido por muchos países del continente, como lo es Mi Casa Ya.
“El nuevo no incentiva la construcción, no resuelve el déficit y tampoco ataca el gran problema que está viviendo el sector, que es la incertidumbre de Mi Casa Ya. Por el contrario se, requiere que el Gobierno destine sus recursos a ese plan, para hacer que más familias puedan acceder fácilmente a vivienda propia y proyectos seguros”, enfatizó.
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El también integrante de la Junta Directiva de Camacol, subrayó que la industria de la construcción impacta directamente a siete sectores y a más de 20 indirectamente, por lo que fortalecer Mi Casa Ya resultará en “una verdadera reactivación de la economía”; una política “económica en términos de inversión versus el impacto”.
Sector inmobiliario, el beneficiado
La gerente de la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas) de Cúcuta y Arauca, María Fernanda González, sostuvo que el subsidio beneficiaría al sector inmobiliario, porque dinamizaría la venta de las unidades usadas.
“Si las personas pueden contar con los recursos para una vivienda usada, les será más fácil tenerla. Hay inmuebles usados que están en muy buenas condiciones, que se pueden adquirir y remodelarlos a su gusto”, agregó González.
De acuerdo con el DANE, en Norte de Santander, el 38,6%, de los hogares vive en arriendo, es decir, 198.404.
Un informe del primer trimestre del 2024 realizado por Ciencuadras.com reveló que el precio de los apartamentos usados creció 5%, mientras que el de las casas usadas subió 4%. Entre las razones de este incremento, que han manifestado algunos expertos, están la dificultad para comprar vivienda nueva y la disminución en la oferta de las usadas.
La Opinión consultó al Ministerio de Vivienda para tener más detalles sobre los alcances de proyecto, pero no hubo respuesta.
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