Tal es la importancia de las autoridades colombianas y estadounidenses sobre Andrés Fernando Medina Rodríguez, el excapitán del Ejército que, el pasado 15 de junio, se encargó del atentado a la Brigada 30 de esa misma institución donde estuvo 12 años y fue un destacado piloto de Black Hawk, que la semana pasada decidieron escucharlo por varias horas para saber qué era lo que tenía para confesar.

Un grupo de la Fiscalía General de la Nación, al igual que del FBI, se reunió con el exmilitar en la estación de Policía Los Mártires, en el centro de Bogotá, y este habría prendido el ‘ventilador’, contando algunos nexos que tuvo con otros militares.

El excapitán está buscando un beneficio de ley por parte de las leyes nacionales, como las estadounidenses, pues sabe que la pena en Colombia podría ser de más de 40 años por los agravantes, como por los heridos que dejó la explosión, además, su extradición se podría dar porque cuando ocurrió el ataque en la guarnición militar habían 18 militares de EE. UU. y todo indica que el carro bomba fue instalado para afectarlos a ellos.

Por eso, la Fiscalía de Estados Unidos le aperturó una investigación a todos los vinculados al atentado de la Brigada 30 y un grupo de investigadores del FBI se está encargando de recopilar más pruebas y de entrevistar a los detenidos.

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Después de ocho horas de la diligencia judicial, alias ‘El Capi’, como lo identificaban telefónicamente los miembros de la disidencia del frente 33 de las Farc que hablaban con él, habría contado que estuvo a punto de arrepentirse de lo que iba hacer, pero como lo amenazaron, al igual que a su familia, decidió planear y ejecutar el atentado, pues también le pagaron una millonaria suma de dinero por eso.

Además, se refirió sobre algunos nexos que tiene con varios militares, entre ellos el de un sargento que le ayudó a conseguir información importante para cometer el ataque con la camioneta bomba, también habría llevado a cabo algunos negocios con armas.

‘El Capi’ también contó detalles importantes de cómo Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, quien trabajaba como escolta contratista de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y estaba en el esquema de protección de Aurelio Suárez Pérez, más conocido como Aurelio, lo conectó con la disidencia del frente 33 de las Farc, llevándolo a hablar con Javier Alonso Veloza García, alias Jhon Mechas o Jhon Barbas, máximo líder de esa organización criminal.

El exmilitar habría señalado que se conoció con Gutiérrez Ballesteros cuando los dos trabajaron como escoltas contratistas de la UNP.

Las autoridades también conocieron que Medina Rodríguez habría entrenado a varios miembros de la disidencia, en tácticas militares.

El excapitán también les dejó en claro a las autoridades que su papá Joaquín Medina no tiene una participación directa en nada del atentado y que él lo usó para comprar la camioneta y la moto, sin que supiera que era para el atentado. Además, como lo informó La Opinión, un primo y una hermana del exmilitar también fueron usados por la adquisición de estos vehículos.

Las autoridades estadounidenses también estarían interesadas en saber todo sobre las rutas de narcotráfico y demás cosas que vincularían al cartel de Sinaloa con la disidencia, pues cabe recordar que el general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, señaló que ‘El Capi’ le instaló en Venezuela un centro de comunicaciones a este grupo armado ilegal para controlar el despegue y aterrizaje de aeronaves cargadas con droga, dinero y armas, en pistas clandestinas al otro lado de la frontera.

Además, las autoridades también están buscando más datos sobre el tráfico de armas que se daría en esta región del país que es frontera con Venezuela.

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‘Aurelio’, una ficha clave

Para las autoridades, Aurelio Suárez Pérez, alias Aurelio, es un líder de la disidencia del frente 33 de las Farc y es una ficha clave en los atentados que se dieron contra la Brigada 30 del Ejército, varias patrullas de la Policía en el sector Cerro Pico y el helicóptero que transportaba al presidente de la República Iván Duque y parte de su comitiva, cuando trataban de aterrizar en el aeropuerto internacional Camilo Daza, de Cúcuta.

‘Aurelio’ fue uno de los dos hombres que lograron escapar el día de las capturas. El otro es alias Sebastián.

Suárez Pérez es señalado por las autoridades de ser el líder de esa célula urbana que supuestamente tenía la disidencia delinquiendo en Cúcuta, el área metropolitana y Tibú, por eso mantenía un contacto constante con ‘Jhon Mechas’ y fue el que le presentó a ‘El Capi’.

Lo más preocupante para los organismos de seguridad es que Aurelio Suárez tenía un esquema de protección por la UNP porque se presentó como un líder social del corregimiento de Filo El Gringo, de El Tarra, y aseguró que el Epl lo había amenazado de muerte.

Vladimir Acosta Pérez, quien es otro de los 10 capturados que hoy están en la cárcel La Picota, de Bogotá, según se pudo establecer, es medio hermano de ‘Aurelio’.

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Circular roja de ‘Jhon Mechas’

Mientras que los investigadores y fiscales de Colombia y Estados Unidos siguen interrogando a varios de los capturados por los atentados en Cúcuta entre el 15 y 25 de junio, la Policía informó que este fin de semana logró la circular roja de Interpol contra ‘Jhon Mechas, el máximo jefe de la disidencia del frente 33 de las Farc.

Esta orden de captura, según las autoridades, tendrá vigencia con fines de captura y extradición en 196 países del mundo, que integran la Interpol.

Javier Alonso Veloza García es requerido por el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Ocaña, por los delitos de concierto para delinquir agravado, terrorismo, tráfico, fabricación o porte de armas de uso privativo, y homicidio agravado, por hechos cometidos en el 2007.

Las autoridades indicaron que ‘Jhon Mechas’ cuenta con una trayectoria criminal de más de 20 años, resaltando que fue jefe de la Compañía Resistencia Catatumbo y Frente 20 de las extintas Farc.

La Policía recordó que por ‘Jhon Mechas’ hay una recompensa de hasta 600 millones de pesos por su ubicación y captura.

Aunque las autoridades tienen claro que Veloza García se encuentra en Venezuela, en la población Casigua el Cubo, y en algunas oportunidades cruza la frontera llegando a la zona rural de Tibú, no lo han podido capturar.

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