Muros y paredes de Chinácota y Pamplona sirvieron de lienzo para que 22 artistas, entre ellos dos internacionales, pintaran bajo el lema ‘Orígenes’.
Este octavo Encuentro Internacional de Muralismo se desarrolla en el marco de los 437 años del municipio de Chinácota y las fiestas de San Fermín de Pamplona.
La jornada de arte a cielo abierto, que está dando a conocer a Chinácota y Pamplona por el mundo, termina hoy después de imprimirse figuras multicolores en once sitios emblemáticos donde los visitantes y propios podrán admirar a sus anchas.
El evento lo organizó la Asociación Orígenes del Catatumbo y la Corporación Pachacura, Arte y Paz, que dirige Diego Armando Barajas, quien explica que la idea es "salvaguardar por medio del muralismo nuestras memorias y orígenes".
Las actividades artísticas "también buscan promover la conciencia del territorio chitarero. Por eso se convocaron a muralistas de América Latina quienes hicieron obras de arte en los diferentes espacios de los dos municipios como barrios, veredas y algo muy relevante para la historia de Pamplona en donde se intervino toda la plaza de toros, San Fermín, resignificando el espacio para la cultura y para la paz".
Los 22 artistas vinieron procedentes de Honduras, Argentina, y por Colombia, de Boyacá, Arauca, Bogotá, Santander, Putumayo, Ibagué, Guaviare, Cali, y Norte de Santander.
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A la par de pintar murales en espacios abiertos al público se cumplieron exposiciones de arte, cine al parque por Cinematoscopio, encuentro internacional de gastronomía y espacios musicales.
Otra de las actividades que llamó la atención de los turistas fue el encuentro de medicinas ancestrales, donde estuvieron presentes las comunidades indígenas Hitnü, Inga y Barí.
Chinácota, desde la primera edición del encuentro internacional de muralistas, ha sido la sede y con el paso de los años el evento cultural se ha convertido en parte de la identidad y la restauración de espacios para la memoria del territorio. Ahora Pamplona con sus cuatro versiones le apuesta a fortalecer el proceso y aumentar la galería a cielo abierto más grande del departamento de Norte de Santander, y que es paso obligado para el interior del país y la Costa Atlántica.
Los artistas empezaron a dar forma a las figuras con brochas, pinceles y rodillos que mojaban en vinilo al agua.
Se hicieron intervenciones en Villas de San Nicolás, en los barrios El Carmen, El Centro, El Cristo, San Mateo y Antonio Pérez de Chinácota.
El artista Sebastián Mendoza de Boyacá dejó su huella en la Plaza San Fermín de Pamplona. Los otros sitios que se intervinieron fueron el barrio Juan 23, panadería Araque, El ISER y en la Plazuela Almeyda.
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Diego Armando Barajas, muralista de Chinácota, ha consolidado este proyecto desde hace una década porque encontró por medio del arte una manera de transmitir cultura con pinceladas, figuras geométricas y colores. Gracias a festivales culturales anuales que organiza, ha impulsado el desarrollo de más de 100 murales en su ciudad natal.
Barajas ha pintado alrededor de 40 paredes en entornos públicos y visibles, cada mural tiene detrás un proceso investigativo y el diseño final se crea de acuerdo con resultado que haya dimensionado la investigación, según contó en una oportunidad a La Opinión.
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Desde muy niño se ha interesado por el arte público y la pintura. Cuando finalizó sus estudios en el colegio San Luis Gonzaga de Chinácota, en compañía de otros artistas creó murales en una calle entera, que retrataban los momentos más relevantes en la historia humana, desde pensadores griegos hasta Charles Chaplin, con el objetivo de culturizar a los jóvenes.
Diego Armando Barajas recordó que "Gracias a ese trabajo del muralismo pude viajar a Argentina, México y Chile a pinta. Conocí gente impresionante que más adelante iba a convocar para los encuentros culturales de muralismo que hacemos en Chinácota para promover la paz” dijo Barajas que hoy ve cristalizado el otro encuentro en donde los paredes y muros hablan por sí solos. Será una ruta de color obligada para visitar en estas vacaciones.
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