El confinamiento originado por la pandemia de la COVID-19 cambió de forma completa no solo la vida como la conocíamos, sino también las rutinas diarias y los estilos de vida, incluyendo a los niños, niñas y adolescentes.
Estar encerrados en casa, con el fin de cuidarse del virus y evitar que aumentaran los casos de pacientes positivos, conllevó a plantear nuevos mecanismos con relación a la “nueva normalidad’’, entre ellos, la dependencia a las tecnologías y todos los servicios que se adaptaron a las necesidades de la población.
En el caso de los menores, dejaron de pasar gran parte de su tiempo en la escuela, parques o jugando con sus amigos, porque su realidad se trasladó al interior de los hogares, siendo las pantallas un mediador de esas nuevas realidades.
Actividades como jugar, estudiar, ver una película, conversar con familiares e incluso pasar tiempo con los amigos, se han modificado a tal punto que necesitan la ayuda de algún aparato digital (computadores, consolas, televisores), para
Un estudio global desarrollado en España por la Universidad Miguel Hernández, antes de la cuarentena, dejó en evidencia que, solo un 15 % de los niños usaba pantallas más de 90 minutos al día; a la fecha, ese porcentaje se ubica en un 73 %.
De igual forma, se logró identificar que uno de cada dos padres y madres ha comprado algún dispositivo a lo largo de estos meses de cuarentena, ya sea para las clases en línea, ocio o por cambio de equipos obsoletos.
Esa es la situación de miles de niños que se han visto obligados a olvidar la presencialidad. La Opinión consultó a expertos para conocer la importancia de generar rutinas de consumo digital y cómo establecer límites sobre las horas que permanecen conectados los más pequeños.
Desde muy temprana edad, los niños inician su relación con la tecnología. / Foto Internet
Escenarios digitales
Según Tomás Felipe Díaz, médico pediatra del Hospital Infantil Universitario de San José (Bogotá), el uso excesivo de tecnologías afecta a los niños desde el punto de vista social, porque los hace más introvertidos y tímidos, además, también altera pautas de crianza como son los hábitos alimentarios y los horarios de descanso, lo que afecta directamente su formación en la etapa de crecimiento.
Para Díaz, se debe incentivar al niño para que realice diferentes actividades como la lectura de libros, el ejercicio o tiempo en familia, y así promover su adecuado desarrollo social y emocional.
“Cuando un menor padece un posible exceso de uso de las tecnologías, lo más frecuente es encontrar alteraciones desde el punto de vista emocional dados como irritabilidad, mal genio y el llanto; por esta razón, lo más recomendable es limitar el uso de los dispositivos y establecer horarios, sobre todo, en los niños pequeños”, resaltó el pediatra.
Por su parte, Edinry Calle Morantes, psicóloga con especialización en Orientación Vocacional y Ocupacional, señaló que no solo los niños deben estar acompañados en este proceso de aprendizaje. Los padres también deben tener una formación sobre las nuevas tecnologías y convertirse en un modelo para ellos.
“Hay que vigilar los contenidos a los que acceden los niños y para ello establecer sistemas de control. Hay que saber manejar muy bien la tecnología y conocer las distintas alternativas que existen en un mundo tan amplio como el digital. La mejor recomendación siempre es generar un canal de confianza, que ellos se sientan seguros y que puedan contar todo, ya sea malo o bueno, eso ayudará a encontrar la mejor solución”, expresó Calle.
La profesional detalló que los niños de hoy, como en décadas anteriores, siguen necesitando de un adulto que les enseñe, les explique y les oriente a distinguir entre lo que está bien y mal, porque navegar en internet es igual que caminar solos por la ciudad, “los niños se perderían y lo más probable es que alguien se aproveche de la situación”.
A medida en que los niños pasan más tiempo conectados, más aumenta la responsabilidad de los padres en su proceso de formación digital. Foto Internet
Educación y prevención
La navegación segura es otro de los factores para tener en cuenta cuando se habla de niños.
Todas las funcionalidades de internet (correos electrónicos, redes sociales, reproductores de videos, plataformas de búsqueda) están disponibles las 24 horas, pero también están los mismos peligros a los que se enfrenta un usuario habitual, así lo manifiesta Denise Giusto Bilic, Security Researcher de ESET Latinoamérica.
“En el tema de los niños es un gran problema desde el punto de vista en seguridad. Estamos hablando de que ellos están sujetos a las mismas amenazas que una persona adulta, pero con mayores riesgos de ser víctimas de una de las modalidades que utilizan los ciberdelincuentes, es un tema delicado, ya que estamos hablando no solo de robo de información digital, sino que también peligra la integridad de los menores”, explicó la profesional.
Según cuenta Giusto, no es recomendable prohibir el uso de las herramientas digitales de ninguna manera, porque estas forman parte del auge de la revolución digital y se encuentran disponibles en sitios estratégicos y muy transitados. “El mejor escenario es implementar la tecnología como un aliado, aplicar los consejos que las grandes empresas nos ofrecen y contratar los servicios de seguridad que se adapten a nuestras necesidades, muchas veces lo que consideramos como un problema, puede terminar como la mejor solución”.
Ciertamente, la educación es uno de los sectores que mejor ha implementado el uso de la tecnología, sin embargo, la forma en la que se utiliza ha cambiado con el tiempo; la modernidad, la eficacia y la variedad han permito una mejor formación en los procesos de aprendizaje.
“Los estudiantes tienen incorporado el chip de la tecnología, son nativos digitales que han nacido con el conocimiento incluido y las instituciones educativas tienen que acoplarse a esas necesidades. No se puede ser ajeno a los avances que se han ido adelantando en el mundo, se debe dejar atrás el mundo del tablero y marcador para integrarnos a estos nuevos escenarios”, destaca Eduardo Esteban Pérez León, docente del Instituto Técnico Guaimaral, galardonado por participar en el desarrollo de proyectos que aportan a la población con discapacidad, como ‘VirtualTIC, innovando en cuarentena’, ‘Inspirando vidas’ y ‘Lanceros de la inclusión’; todos reconocidos a nivel nacional por la Fundación Terpel y los ministerios del Interior, Educación y Cultura.