La venta de automotores usados ha aumentado en Cúcuta, debido a la escasez de ciertos modelos nuevos en los concesionarios, sumado a la reventa de carros y motocicletas, tanto colombianos como venezolanos, que ha ‘permeado’ el mercado.

Maxi Cárdenas, jefe de ventas de un reconocido concesionario en Cúcuta, explicó que las marcas han enfrentado una crisis por la falta de elementos para la fabricación de los vehículos, además del alza de sus precios.

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El dólar, el costo del barril de petróleo y hasta las tasas de intereses anuales, decretadas por el Banco de la República, han provocado el aumento en el precio de los carros y comprarlos a cuotas es un mal negocio, por lo que muchos cucuteños han optado por conseguirlos de segunda.

Todo influye en este proceso, pues los carros ahora son más costosos porque el dólar subió, recientemente, el alza del barril de petróleo y que en Europa hay cierre de fábricas por la guerra en Ucrania…”, indicó Cárdenas.

La oferta y la demanda

Los concesionarios, al no tener en sus inventaros vehículos, han tenido que explicarles a sus clientes que les entregan la ‘nave de sus sueños’ en un plazo de hasta un año, una larga espera que muchos no soportan, por lo que optan por comprarlo de manera informal o en sitios dedicados a la compra y reventa.

Allí se maneja un principio básico de la economía: hay poca demanda de carros, pero mucha oferta, lo cual produce que los revendedores o dueños de carros los vendan hasta en un 25% más caros, respecto a su valor original.

“Antes un carro spark, que ya no lo consigue uno nuevo, por ejemplo, valía $5 millones, ahorita vale hasta $7 millones, es un alza grandísima respecto a lo que la Revista Motor, que es la ‘gurú’ para saber cuánto valen los carros nuevos, expone”, comentó Cárdenas.

José Clopatofsky, experto en economía, indicó en un artículo que la reventa informal de carros de segunda mano no es un fenómeno que se vive en esta zona de frontera, sino a nivel global debido a la falta de automotores nuevos, tal cual explicó Cárdenas.

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Hasta corte de abril, en Colombia se había vendido 78.090 carros nuevos, los cuales al circular por el mercado pasan a ser potenciales automotores de segunda a la venta, cuyo precio será más alto y tienen un sobre precio debido a la devaluación del peso colombiano, dijo Clopatofsky.

Incluso, según analistas, esta burbuja en el sector automotor se está deteniendo y los precios vuelven a una zona de depreciación (bajan) de manera lenta, por lo que seguirán vendiéndose carros y motos más caros, que en pocos meses se devaluarán.

En otras palabras, es un buen momento para vender los carros de segunda y uno malo para comprar un vehículo.

“La producción ha sufrido toda suerte de tropiezos por los coletazos de la pandemia en la industria. Y cuando se creía que todo se iba a componer, ahora, se agregan los impactos de la guerra entre Rusia y Ucrania, que también frenó la proveeduría de muchos componentes”, indicó Clopatofsky.

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Los carros venezolanos

Comprar un carro venezolano antes parecía una ventaja, pero ahora es un riesgo que involucra hasta a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), pues en Cúcuta los carros del vecino país deben estar registrados, por lo contrario, serían considerados como una importación ilegal.

Una empresa que revenda carros traídos desde Venezuela tiene claro que hasta los modelos 2015 hay seguridad que tengan ese ‘permiso de rodamiento’ que se les cobra a esos automotores en la capital nortesantandereana.

“Un carro que no tenga eso y, por ejemplo, lo pasan por la trocha es un peligro, porque la DIAN llega al negocio y se los lleva por contrabando. Hasta son igual de caros que un modelo colombiano”, insistió Enrique Flórez, quien trabaja en un negocio de venta de carros venezolanos.

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En otras palabras, los vehículos venezolanos ya no son una salvación para los cucuteños que quieren comprar carro, pues ese impuesto y el alza en los precios los ha vuelto un segmento del mercado automotor que ya no es económico.

“Antes de pandemia un carro venezolano era apetecido, porque era barato, pero ya son igual de caros porque la gente que los vende se basa en cuánto vale ese modelo en Colombia e iguala el precio. Nadie quiere perder ventaja”, añadió Flórez.

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