Nuevamente, el choque de fuerzas al interior de la Cámara de Comercio de Cúcuta volvió a poner todos los reflectores sobre la entidad gremial, a escasos dos meses y medio de las elecciones para definir la próxima junta directiva.
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Desafiliaciones, visitas administrativas de inspección, auditorías, formulación de cargos, protestas nunca antes vistas, denuncias que van y vienen, y una interinidad en la Presidencia Ejecutiva que está cerca de completar ya un año, es el panorama que rodea hoy a esta institución corporativa, como resultado de la puja que sostienen hace varios años sus directivos.
El capítulo más reciente en este pulso se escribió el lunes, con el despido de una de las representantes legales suplentes de la entidad y pieza clave en el juego de poder que allí se libra: la gerente de estructuración y gestión de proyectos, Carolina Hernández Guerrero, quien llevaba 10 años vinculada a la CCC.
La carta donde le notifican la terminación de su contrato fue firmada por otra de las representantes legales suplentes de la Cámara, Blanca Kelin Contreras, quien le manifiesta a la saliente funcionaria que su despido es sin justa causa.
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“Me permito informarle que se tomó la decisión de dar por terminado su contrato de trabajo unilateralmente y sin justa causa, a partir de la finalización de su jornada laboral del día de hoy, 19 de septiembre de 2022. Por lo tanto, en vista de que la terminación de su contrato de trabajo es sin justa causa, la empresa le cancelará la correspondiente indemnización”, dice la comunicación dirigida a Hernández Guerrero.
Esta movida desató el malestar de uno de los sindicatos de la entidad, Sinaltraccc, que en solidaridad con la ahora exgerente de proyectos, afiliada a esa asociación de trabajadores, adelantó ayer una protesta en la sede de la Cámara, para reclamar por lo que ellos consideran un despido injustificado, consecuencia de la “politiquería”.
“Consideramos que es una retaliación hacia los trabajadores sindicalizados, con el fin de debilitar la organización sindical e infundir miedo a los trabajadores afiliados. Por eso, decidimos hacer una tarea de denuncia y ejercer nuestro derecho a la libre expresión”, manifestó Vladimir Mendoza, presidente de la Unión Nacional de Empleados Bancarios – Cúcuta (UNEB) y asesor del sindicato de la CCC.
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En respuesta a la situación que se presentó ayer y la controversia que originó el despido de Carolina Hernández, la Cámara de Comercio expidió un comunicado en el que explica que los cambios hechos en la planta de personal “están encaminados a fortalecer la gestión institucional, el impacto de los programas y el trabajo dirigido a los comerciantes de la región”.
En relación con los hechos ocurridos en las últimas horas, la Cámara de Comercio de Cúcuta informa a todos los empresarios, comerciantes, emprendedores, medios de comunicación y ciudadanía en general. pic.twitter.com/QTQJs1N04W
— CámaraComercioCúcuta (@cccucuta) September 20, 2022
Allí se refieren al pago de la indemnización que deberá recibir Hernández y aseguran que los recursos destinados para tal fin son de carácter privado, razón por la cual advierten que los dineros públicos que van para los programas de capacitación y fortalecimiento para los empresarios “no se ven afectados, ni en riesgo en ningún momento”.
La disputa por la representación legal
Tras ser informada sobre su retiro inmediato de la entidad gremial, Carolina Hernández le envió una comunicación a la gerente de competitividad y representante legal suplente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, Blanca Kelin Contreras, en la que rechaza y desconoce la decisión que la aparta del cargo.
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“La decisión, además de ser arbitraria, representa una usurpación de funciones, por lo cual la desconozco y la rechazo de manera expresa y por lo tanto sigo siendo representante legal de la entidad al igual que usted”, le dice Hernández a Contreras.
No obstante su postura, la gerente de proyectos ayer ya no se hizo presente en su oficina, por cuanto todos sus accesos al sistema de la entidad fueron desconectados.
La representación legal de la Cámara es precisamente otro de los motivos que ha llevado la disputa interna a otro nivel, al punto que ni la Superintendencia de Sociedades, que es la encargada ahora de ejercer la inspección, vigilancia y control de las Cámaras de Comercio, ha logrado bajarle la temperatura a la confrontación.
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Y es que desde octubre de 2021, cuando quedó en firme la salida de Armando Peña de la Presidencia Ejecutiva de la CCC, la junta directiva no solo no ha logrado elegir un nuevo representante legal en propiedad, pese a que hasta una firma cazatalentos fue contratada para tal fin, sino que atizó el pulso por cuenta de quién debería asumir esa posición de manera temporal.
Según los estatutos de la Cámara, ante la ausencia de un presidente, tres funcionarios de la misma entidad están autorizados por la Superintendencia para asumir esa labor. En este caso, esa responsabilidad recayó el año pasado sobre Blanca Kelin Contreras, gerente de competitividad; Lina María Jaramillo Ramírez, gerente administrativa y financiera; y Carolina Hernández Guerrero, gerente de estructuración y gestión de proyectos.
Aunque en un principio las tres se dividieron las funciones propias del cargo, posteriormente las mayorías de la junta intentaron darle visibilidad a una sola y se sometió a votación dicha representación.
Después de varios intentos y de no conseguir los votos necesarios (mínimo seis), los directivos consultaron a la Superintendencia, con el fin de saber si en este caso era posible elegir por mayoría simple y aunque la respuesta no fue del todo clara, al final, en diciembre pasado, Contreras fue la elegida con 5 votos frente a 4.
No obstante, en abril de este año, la Superintendencia de Sociedades le remitió una comunicación a la Cámara y a los directivos, en la que pidió claridad sobre la calidad bajo la cual fue elegida Blanca Kelin Contreras y la situación en la que quedaron las otras dos representantes legales.
Al respecto, la Super recordó que la elección del presidente ejecutivo debía surtirse con el voto favorable de, por lo menos, las dos terceras partes de los miembros que pertenecen a la junta, es decir, 6 de ellos.
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Y les dijo: “si el deseo de los directivos es escoger a Blanca Eulalia Kelin Contreras como representante legal de la Cámara de Comercio de Cúcuta, deberán adoptar esta decisión con la mayoría calificada establecida en los Estatutos y en la Ley”, lo cual no se habría cumplido en este caso.
La Opinión conoció que en el certificado de representación legal de la Cámara de Comercio de Cúcuta seguían apareciendo las tres gerentes con esa función, razón por la cual hay quienes aseguran que ninguna tendría potestad sobre la otra para propiciar su despido.
Una situación similar ya se había presentado entre Carolina Hernández y Blanca Kelin Contreras hace algún tiempo, pero en esa oportunidad fue esta última a la que retiraron, por orden de la primera. Al final, Contreras no aceptó la terminación de su contrato y continuó ejerciendo el cargo.
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Tal y como está el panorama hoy, la gerente de competitividad quedaría con la representación legal exclusiva, pues además de la salida de Hernández, la otra representante legal que era la gerente administrativa y financiera, Lina Jaramillo, renunció la semana pasada.
Reproches que van y vienen
Si bien el despido que se produjo el lunes no tiene una causa precisa, al menos en el papel, y desde la Cámara se asegura que obedece única y exclusivamente a los cambios que se están dando en la entidad para propiciar una mejor dinámica, La Opinión conoció algunas versiones que aseguran que la salida de Carolina Hernández es fruto de los reproches que existen entre los dos bloques en que se divide la junta directiva.
De un lado insisten en que la gestión de la gerente de proyectos en los últimos meses no estuvo a la altura de las exigencias de la entidad y las demandas de la región. También, aseguran que la funcionaria estaba asumiendo funciones que no le correspondían y que con su comportamiento no solo incurrió en supuestas faltas, sino que le ocasionó problemas serios a la CCC.
Por su parte, Hernández aseguró que en abril de este año puso en conocimiento de Control Interno y posteriormente de la Superintendencia una serie de irregularidades que se estarían dando en la Cámara y que no solo comprometían a la gerente Blanca Kelin Contreras, sino también a algunos miembros de la junta. Varias de esas denuncias se habrían confirmado en una auditoría.
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En agosto pasado, esa queja fue trasladada a la Procuraduría General de la Nación para su conocimiento y estudio.
Desafilian a directivos
De igual forma, como parte del pulso que cada día se intensifica más en la Cámara de Comercio de Cúcuta, algunos de los integrantes de la junta directiva han sido desafiliados de la entidad gremial y por ende es posible que pierdan su asiento en esa instancia.
Según se conoció, en una visita administrativa de inspección hecha por la Superintendencia de Sociedades se encontró que algunos de los directivos no cumplían todos los requisitos necesarios para estar en ese cargo y por eso determinaron su desafiliación.
La medida recayó inicialmente sobre Yerzon Mauricio Villamizar Santiesteban y la Oficina de Diseño Cálculos y Construcciones Limitada (ODICCO), cuyo representante legal es Luis Alfredo Quintero.
No obstante, a finales de agosto pasado, dicha decisión fue revocada y los dos integrantes de la junta fueron reintegrados a sus funciones.
La semana pasada, el turno de la desafiliación fue para uno de los directivos con más años en ese cargo, Israel Bahar Levy, de Recupel, y Silvia de Pablos, de Cosan S.A. En su caso se desconoce todavía si al igual que sus dos compañeros podrán retornar o la salida de la Cámara será definitiva.
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