Un 27 de febrero de 1935 los cucuteños fueron testigos del aterrizaje del primer avión en Cúcuta en el aeródromo que había en Los Patios, aeropuerto del que ahora solo quedan algunos hangares que fueron construidos por alemanes en ese entonces.
Desde 1930 se inició la construcción de la primera pista de aterrizaje en Norte de Santander, pero solo cinco años después se puso en uso. Hoy ese lugar se convirtió en un lote urbanizado y en unas bodegas abandonadas.
En este lugar, que hoy se encuentra en el barrio Videlso, en Los Patios, solo se extendía una larga pista de arcilla, no había torre de control, por lo que los pilotos mostraban su pericia aterrizando sus aeronaves ‘a ojo’ y a la espera de no encontrarse con algún objeto que provocara una tragedia.
El piloto Méndez Calvo fue el encargado de inaugurar esta pista junto con el ingeniero Leopoldo Monroy, quienes llegaron en el avión 106 de la flotilla de la guerra colombiana y simbólicamente le abrieron las puertas del mundo a la capital nortesantandereana.
La falta de una torre de control no era una situación que preocupara a los cucuteños, pues no eran muchos los aviones los que a diario entraban o salían de Cúcuta, además teniendo en cuenta de que los fuertes vientos que siempre han caracterizado a la ‘Perla del Norte’ no permitía que muchas aeronaves volaran por este sector.
Solo queda el recuerdo
Debido a los fuertes vientos de Los Patios, se tomó la decisión de adecuar otro sector para el aterrizaje de los aviones, siendo elegido un punto de lo que antes se conocía como corregimiento San Luis, para construir el nuevo aeropuerto.
Según recuentos históricos, decenas de personas fueron hasta el aeropuerto Líneas Aéreas Nacionales S.A. (Lansa), como se nombró la nueva terminal aérea, para presenciar la llegada y salida del avión, pues en ese entonces las posibilidades de montarse en uno eran muy remotas.
Historiadores precisaron que la llegada de las personas fue similar a una procesión en Semana Santa, todos querían presenciar el aterrizaje. Pues, este era un amplio terreno y las aeronaves contaban con un buen espacio para hacer las maniobras de aterrizaje y despegue.
Sin embargo, en la actualidad no quedan rastros de lo que fue ese aeródromo, después de varios años en su lugar se construyeron los barrios La Libertad y Valle Esther y la entrada del campo de aviación se alcanzaba a ver en lo que ahora se conoce como barrio Torcoroma.
Jhon Jairo Maldonado, habitante del barrio Torcoroma, comentó que antes de que ese terreno se urbanizara en su totalidad, ir a este lugar era uno de los atractivos para los jóvenes de la Comuna 3 de Cúcuta.
“Íbamos a hacer deporte con el grupo de amigos, trotábamos allí, pero poco a poco se fue urbanizando y ya no queda nada”, precisó.
‘El Cazadero’
Años después el aeródromo que quedaba en la Comuna 3 de Cúcuta se desplazó al sector donde actualmente está el aeropuerto internacional Camilo Daza, que en un principio fue bautizado con el nombre ‘El Cazadero’.
Era un pequeño edificio que solo contaba con un bar y uno que otro despacho, propiedad de las aerolíneas que funcionaban en ese entonces, la torre de control se encontraba en el segundo piso de esta edificación.
Al lado de esta estructura se encontraba la pista de aterrizaje, un amplio terreno sin pavimentar, seguido de una cancha de fútbol. Los aviones solo podían aterrizar en este lugar en horas del día, por la falta de iluminación artificial, sin embargo, el tráfico de vuelos comerciales no era muy amplio, también llegaba uno que otro avión de carga y lo que se conocía como curtis (aviones militares).
Personalidades como Virgilio Barco, Carlos Lleras, Alberto Lleras, Rafael Urdaneta, Palomo Linares descendieron de los aviones de ese entonces procedentes de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Arauca y alcanzaron a pisar la pista de ‘El Cazadero’.
El pamplonés Camilo Daza, primer aviador del país, tenía un gusto particular por este aeródromo y como señalan algunos recuentos históricos, llegar a este lugar era su ‘paseo preferido’. Tanto los maridos generosos como los galanes, en plan de conquista, solían impresionar a las esposas o novias invitándolas a contemplar desde las nubes el mundo a sus pies y posteriormente aterrizaban en este lugar.
La construcción del Camilo Daza
‘El Cazadero’ comenzó a quedarse pequeño ante la alta afluencia de personas que necesitaban emprender los viajes en corto tiempo, en su mayoría los pasajeros eran venezolanos.
Por esta razón decidieron construir el aeropuerto internacional Camilo Daza, que fue inaugurado en 1972 para vuelos diurnos y 11 años después ajustó sus instalaciones para hacer vuelos nocturnos. Y su nombre fue otorgado en honor a aquel piloto pamplonés que fue tan conocido en Norte de Santander.
La primera remodelación de la terminal aérea se hizo en 1993, con el fin de brindarle más comodidad al número de viajeros, que con el pasar del tiempo se incrementaba, teniendo en cuenta que en 1982 alcanzó a movilizar a más de un millón de pasajeros.
En 2019 se entregó la última remodelación del Camilo Daza, que tuvo una inversión superior a los 26 mil millones de pesos. Las obras que se entregaron incluyeron la expansión del aeropuerto internacional, una fachada renovada, 3.945 metros cuadrados de terminal ampliado para las salidas nacionales e internacionales, mejoramiento del área de check in, áreas de recibo de equipaje y plazoleta de comidas.
Se construyeron además dos edificios nuevos para la Aerocivil, donde se encuentran dependencias administrativas, de soporte técnico e instalaciones de telecomunicaciones. Se amplió el parqueadero a una capacidad total de 300 unidades, así como una nueva zona de parqueo de taxis, con una capacidad de 90 vehículos, también se ejecutaron obras de urbanismo y mejoramiento de las vías de acceso.