Fernando Sánchez quiso ser matador de toros y empezó desde los 14 años en el mundo taurino como un legado de su padre. Con más de seis décadas a cuestas esa afición perdura y es su razón de ser porque dice que la lleva en la sangre.
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Llegó a Cúcuta el 6 de enero de 1979 en tránsito hacia Venezuela, sabiendo que en la nación vecina había futuro para un novel novillero en busca de lograr el sueño de ser una figura de renombre en el toreo mundial, pero por cosas de la vida se quedó en Cúcuta, donde ya lleva 43 años.
Eran tiempos de ‘vacas gordas’ en la frontera, con un bolívar a 16 pesos, por lo que las cosas empezaron a funcionarle, no tanto como torero, pero sí como empresario, convirtiéndose en un corto tiempo en referente de la fiesta brava en la mayoría de los pueblos del departamento.
En Chinácota, Pamplona y Cúcuta cautivó más público, sumándose a los espectáculos taurinos que se daban en la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo, cada año en enero, en el marco de la Feria Internacional de San Sebastián, en San Cristóbal, la capital del estado Táchira (Venezuela).
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Fernando, conocido como El Bogotanito en su paso como novillero, por los días en que llegó a la frontera se hizo amigo de la familia Carrero, que presidía la Corporación Codesarrollo de Chinácota y del alcalde Pedro Muñoz, cuando se estaba empezando a construir la plaza de toros.
Esa relación le abrió una perspectiva de negocio por lo que se contactó con Carlos Abusaid, un empresario taurino de Bogotá, logrando, junto a Coltauro, organizar dos corridas en el marco de la Feria Internacional de San Nicolás de Chinácota, que se caracterizaban por traer orquestas de talla internacional como La Billos Caracas Boys de Venezuela, además de la elección de la señorita Norte de Santander al Concurso Nacional de la Belleza.
En la primera corrida que sirvió para inaugurar la plaza y que fue todo un éxito, el 29 de septiembre de 1979, torearon Jaime González ‘El Puno’, Jorge Herrera y ‘El Bogotano’. Al día siguiente estuvieron el matador de toros venezolano Bernardo Valencia, ‘El Bogotano’ y el rejoneador ‘Oki Botero’.
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Esas primeras corridas en la feria sirvieron para ayudar a terminar la plaza y desde ese momento cogió una fuerza la tauromaquia en Norte de Santander, llegando con toros de casta a los diferentes pueblos del departamento, donde habían apenas visto lidiar toros cebú y criollos, caso de Salazar de las Palmas, Bochalema, Ragonvalia y Toledo, donde se levantaron plazas de toros y quedó una piedra inaugural de Coltauro, recuerda Fernando.
El auge y la creciente afición le dieron la idea de adquirir una plaza de toros portátil metálica traída de Venezuela, que se llevó a Tibú, Bochalema y otras localidades de Norte de Santander y del país, en sitios donde se organizaban ferias que eran famosas y atraían enormes multitudes.
Esa plaza portátil fue la que ayudó a activar y despertar el ánimo taurino e impulsó la construcción de plazas de toros permanentes, llegando a ser Norte de Santander el departamento de Colombia con más plazas de toros en concreto, incluida la de Santiago, uno de los pueblos más pequeños y que en la actualidad cuenta con la plaza de toros La Ribereña, con capacidad para 800 personas.
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Fernando dice sentir nostalgia por esos años dorados del toreo en Norte de Santander, reiterando que esto de los toros lo lleva en la sangre, es su pasión, máxime que su padre fue torero y una de sus hermanas es la esposa de Alberto Ruiz ‘El Bogotano’, una de las grandes figuras de la fiesta brava en Colombia y tío de Ramsés, “el torero más importante que tiene Colombia en este momento y esto es de familia”.
“Con unas pocas palabras lo digo todo: yo nunca he ido a un partido de fútbol y he vendido boletas hasta para el mundial de fútbol en razón a que tengo una agencia de turismo, porque lo mío desde muy niño es la fiesta brava, los toros y las corridas, por eso asumí la tarea de trabajar toda mi vida, especialmente los cerca de 44 años que vivo en Cúcuta, y dedicárselos a todos los taurinos de Norte de Santander y Santander”.
En ese sentido destaca que este departamento fronterizo ha visto desfilar a lo más granado de las figuras del toreo nacional e internacional, como el cartel de lujo que presentó el 12 de octubre de 1982 en Chinácota: Paco Camino, Palomo Linares, Eloy Cavazos, Antonio José Galán, Bernardo Valencia, Alberto Ruiz ‘El Bogotano’, los rejoneadores ‘Oky Botero’ y Dayro Chica, grandes figuras de las ferias de Colombia y el mundo.
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También vinieron a estas tierras Guillermo Capetillo de México y otras figuras españolas, por ser la feria de Chinácota en octubre, cuando terminaba la temporada en España y pasaban por el turístico municipio para posteriormente ir a las ferias de Ecuador y Perú, antes de rematarse los carteles de las ferias de Cali, del 25 al 30 de diciembre; Manizales, del primero al 6 de enero; la temporada de Bogotá, que empezaba el tercer domingo de enero, y la Feria Internacional de San Sebastián, también en el primer mes del año.
“A esas figuras les gustaba Chinácota porque les quedaba fácil venir a esta plaza de 4.500 personas y cortar las orejas para que los tuvieran en cuenta en los carteles importantes de Colombia, siendo la plaza de Chinácota el primer peldaño para muchas figuras del toreo extranjeras”, dijo Fernando, quien anheló recibir allí la alternativa como torero profesional y que no logró por sus ocupaciones como empresario al frente de Coltauro.
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La última corrida en Chinácota se hizo el 18 de agosto de 2019 con un cartel de lujo: Ramsés, la torera colombo-mexicana Rocío Morelli, con toros de Juan Fernando Caicedo.
La plaza de toros de Cúcuta, inaugurada el 20 de julio de 1989, con un cartel que integraron los diestros colombianos Jairo Alonso Castro, Gitanillo de América y el mejicano Antonio Urrutia. Su capacidad es para 3.900 aficionados.
Aunque no tuvo toda la notoriedad y la misma “solera” de Chinácota, también se recuerdan legendarias corridas como el mano a mano entre César Rincón, ya figura del toreo mundial, y Roberto Domínguez, famoso diestro del toreo en España. Por esa plaza también pasaron Dámaso González y Guillermo Capetillo, entre otros.
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