Si hay algo en lo que avanzaron los nortesantandereanos en los últimos ocho años, en especial los que viven en Cúcuta, fue en tener manejo y control en situaciones de riesgo.
Era de esperarse, en una ciudad que se levantó en terrenos de arcillas expansivas y que por décadas convivió en medio de deslizamientos de tierra e inundaciones. Los recuerdos no son nada gratos para las familias que viven en el conocido sector de Las Chiveras y en el cerro de San Rafael. O para las que tienen sus casas a lado y lado del caño El Recreo, en Los Patios.
Conocer el riesgo y tenerlo bajo control fue el gran reto que asumieron no solo los ciudadanos sino las mismas autoridades encargadas de prevenirlos. O se atacaban o se seguía bajo permanente amenaza.
El fenómeno de La Niña fue implacable con Cúcuta y varios municipios del departamento, como Toledo, Chitagá, Los Patios, El Zulia, Villa Caro y Cacota, entre otros, pero también permitió conocer las debilidades y las causas generadoras de riesgo para intervenirlas. Más de ocho mil familias afectadas y la infraestructura vial, educativa y agropecuaria quedaron literalmente ‘quebradas’.
El nortesantandereano Carlos Iván Márquez, quien estuvo al frente de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres en los últimos ocho años, conoció las heridas que dejó este fenómeno climático en estos municipios, pero también lideró el más agresivo plan de prevención del que se tenga conocimiento en el departamento, con inversiones al más alto nivel, también sin precedentes en materia de obras de mitigación.
¿En Norte de Santander cuál fue el más grande reto?
Poner fin a las inundaciones y a los deslizamientos. Había que sacar a la gente del agua y del barro, y lo logramos en los sitios más críticos como Cúcuta, El Zulia, Los Patios, Chitagá, Cácota, Toledo y Villa Caro.Hoy podemos decir que el departamento es menos vulnerable que hace ocho años.
¿Cuesta mucho prevenir el riesgo?
En Norte de Santander, en los últimos cuatro años, se hicieron inversiones por el orden de los $315.000 millones de pesos, más de cien millones de dólares.
¿Qué riesgos específicos se espantaron de Cúcuta?
Logramos poner fin a más de 40 años de inundaciones en el sector de Las Chiveras. También se hizo lo mismo a lo largo del canal Bogotá. Pero quizás lo más valioso, salvar vidas con la recuperación de un centenar de escuelas y colegios que quedaron destrozados en las olas invernales de 2009, 2010 y 2011. Ahora, los niños que acuden a esos planteles están seguros.
Asimismo se detuvo la erosión en varios tramos del río Pamaplonita en su paso por Cúcuta. Y se emprendió, después de 40 años, la estabilización del cerro de San Rafael. En la primera fase, que cuesta $3.500 millones, se dará manejo a las aguas lluvias, se construirán muros de contención, anclajes, pilotes de cimentación profunda, un sistema de revegetación y el proceso de control de erosión. Lo que se piensa en este cerro es crear un mirador de la ciudad.
¿De la experiencia de las olas invernales, qué lecciones quedaron para no repetir?
Lo más importante es que somos menos vulnerables y que el recurso humano de todos los cuerpos de socorro ahora está más capacitado para enfrentar emergencias. Segundo, las comunidades ahora saben cómo actuar en caso de desastres, esto a raíz de la creación de la Secretaría de Gestión de Riesgo de Desastres y de los comités barriales de emergencia en todas las comunas de Cúcuta. No obstante, aún quedan cosas por hacer en al menos ocho zonas de la ciudad (Ver infografía).
¿Qué ganó Cúcuta y la región con la construcción del Centro de Gestión Integral de Gestión de Riesgos de Desastres?
Es el más grande del oriente colombiano y creo que es el aporte más significativo en esta materia, dado que desde allí ahora se podrá cordinar toda la estrategia y las operaciones cuando se presenten emergencias y calamidades, algo que no se tenía.
¿En qué quedó la estrategia de implementación de alertas tempranas?
Está en ejecución la fase II en las cuencas de los ríos Zulia, Pamplonita, Táchira, Chitagá, Algodonal y Tibú. Permitirá prevenir emergencias por inundaciones en 28 municipios del departamento.