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Con o sin ‘El Niño’, los campesinos sufren por el agua
Los líderes gremiales hablaron con La Opinión sobre la situación de Norte de Santander.
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Orlando Carvajal - Periodista La Opinión
Orlando Carvajal
Sábado, 16 de Febrero de 2019

No hay diferencia: El fenómeno 'El Niño' no marca el principio o el fin de un estado climático en Cúcuta y Norte de Santander. Igual, con o sin él, la misma cosa es aquí en Cúcuta o en Cácota, siempre hemos padecido la escasez de agua.

La afirmación es de José Peñaranda, cultivador de limón en el corregimiento Palmarito, donde un proyecto de este cultivo no resultó como lo esperaban los campesinos de esta zona rural de Cúcuta, principalmente, porque no se contó con el vital líquido de manera permanente.

Cuando en este corregimiento se habla del fenómeno de 'El Niño', para agricultores o ganadores, dice Peñaranda, no es nada nuevo, no nos toma por sorpresa, dado que ya de tiempo atrás venimos padeciendo sus embates.

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Aquí la situación es grave, sea para los ganaderos o para los agricultores, lo uno porque el nivel del río Zulia está crítico y los que necesitan riego para arroz, por ejemplo, no lo tienen garantizado.

“Si es para el ganado, peor, los pastos se están secando y los pocos pozos de agua que hay en la zona también. Siempre es la misma cosa”, relata Peñaranda.

El cambio climático impone nuevos roles y obliga a nuevas prácticas en la producción y en la generación de ingresos, dice el sociólogo Agustín Fernández.

En Palmarito, por ejemplo, la mano de obra migra a la parte alta del corregimiento a raspar hoja de coca, es la fuente de ingresos más fácil que tienen los labriegos, dice este profesional.

A los patronos de las fincas no les queda más remedio que entrar en receso, lo uno porque no cuentan con trabajadores ni con el agua que requieren y la producción cae a más del cincuenta por ciento, todo por cuenta del fenómeno climático.

Los líderes gremiales son conscientes de esto y admiten, al igual que Peñaranda, que la principal amenaza que deben afrontar en el departamento es no contar con agua los 24 meses del año, de ahí que se tengan que enfrentar a caídas de más del cincuenta por ciento en los distintos ciclos de producción por culpa de 'El Niño'.

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La experta ambiental y subdirectora de recursos naturales de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), Sandra Gómez, advirtió que la recurrencia de este fenómeno de variabilidad climática tiende a impactar con mayor crudeza a la región Andina, que es donde se encuentra Norte de Santander.

Los tiempos en que se viene dando 'El Niño', por ejemplo, ahora se acortaron, ya no son en periodos de diez o veinte años, como sucedía antes, sino que aparecen cada dos años y ello no da tregua a que los ecosistemas se alcancen a recuperar.

Dijo que Norte de Santander es un departamento altamente vulnerable al cambio climático por las condiciones topográficas que se derivan de estar sobre una cordillera y por la inestabilidad de los suelos.

“Y ni qué hablar de las coberturas boscosas, amenazadas por incendios y las malas prácticas y el uso inadecuado de los suelos”, subrayó.

Dijo que 'El Niño' está asociado a la disminución del recurso hídrico, es imperioso que se tengan que replantear los esquemas productivos en todos los sectores, no solo en el campo, también en los hogares, y para ello llamó la atención a hacer un uso racional del vital líquido.

Llamó la atención en el hecho de que se deben buscar fuentes alternas de agua que nos puedan abastecer, sobre todo para el consumo humano. Asimismo, se deben reprogramar todas las actividades que demanden el uso de agua, en el sector agropecuario, el deporte, en las industrias y, por supuesto, en los hogares, donde se debe evitar los riegos a jardines, lavado de carros, etc.

(Los expertos llaman la atención en que se deben buscar  alternativas para afrontar la sequía, si se quiere superar las pérdidas que se están afrontando por la escasez del vital líquido.)

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Es un hecho que cuando se habla del fenómeno de El Niño hay que admitir que ello nos produce un impacto importante, porque se produce una gran baja en todo el sistema productivo.

Se genera mucha proliferación de plagas y enfermedades en los cultivos, de ahí las pérdidas. Cuando no hay producción no hay rentabilidad. El sector de frutas y verduras ha tenido momentos en que baja por estas condiciones hasta un 60 por ciento de su rentabilidad.

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Las condiciones climáticas de sequía inciden en la calidad del producto,  se presenta mucha marchitez, sobre todo  por las heladas que surgen.

Mutiscua, Cácota, Pamplona, Pamplonita, Toledo, Labateca, Chinácota, Arboleda, Cucutilla, Salazar de las Palmas, El Zulia, El Carmen, Convención, San Calixto, Tibú, La Gabarra, San Cayetano, Ocaña, La Playa y Ábrego, donde se cultiva hortaliza, aguacate, mora, duraznos, cítricos son, entre otros, los productos que se mueven en este sector de la producción.

Coganor

Somos el gremio más afectado por el fenómeno de El Niño, en consideración a que se disminuye dramáticamente la oferta de alimentos que consume el ganado y que está en un 90 por ciento por los pastos. 

El ganado pierde peso y en algunos casos llega a morir y se retrasa todo el ciclo productivo de manera grave.

El tema es complejo y si bien es cierto existen alternativas que mitigan el impacto, por ejemplo coleccionar alimentos en las épocas en que se puede producir para emplearlo en periodos de sequía.

Esta es una labor que los gobiernos  y el ministerio de Agricultura tiene que implementar, para facilitar los mecanismos para que los ganaderos podamos afrontar el alimento que vamos a requerir en periodos de El Niño, esta es la gran lección.

Lo que necesitamos es ser previsivos con el alimento.

Coagronorte

Hay que admitir que tener agua permanente es difícil en la región. Para el arroz, dependiendo de la etapa vegetativa en que se encuentre, si está en los primeros 45 días de época de siembra, él necesita agua y eso está complicado.

Cuando hay fenómeno de El Niño se encarecen los productos porque la falta de agua hace que haya menos siembra.

Qué es lo que más nos preocupa al gremio: no tener reservorios no embalses, que es lo que sí tienen los americanos, que en la época de El Niño tienen muy buena oferta hídrica, por eso, para ellos en estas condiciones es época de bonanza, para nosotros, de escasez.

Esto llama a la reflexión: no nos hemos preparado para afrontar el fenómeno y por ello hay que restringir siembras.

En Norte de Santander se siembran 18.000 hectáreas semestre.  De estas se hacen dos siembras en el año. Esta producción puede llegarse a restringir a un 50 por ciento, por la falta de agua.

Dignidad agropecuaria

La sequía es un impacto gravísimo, sobre todo para la agricultura.

Lo que hace el daño es que al no ver agua no crece el agua, se queman los cultivos, en el café se seca su fruto. 

En el caso del maíz y el arroz, los que tienen riego, bien, pero los que no se enfrentan a pérdidas inminentes, la mazorca no se desarrolla, así de sencillo.

Ahora, si hay demasiada agua, también se generan problemas.

En el caso del café hay unas situaciones y es que cuando se presenta mucho calor se genera la roya, se vuelve más propenso a la enfermedad.

La única mitigación posible es agua, de resto no hay nada. Imagínese no tener riego para un cafetal.

Sabemos que hay agricultores acuciosos que se las ingenian para llevar el agua hasta sus cultivos, pero si los ríos se secan, como está ocurriendo, la solución se queda a medias.

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