Mucho talento deportivo se encuentra escondido en los campos de Colombia. Para la muestra un botón: Nairo Quintana y Rigoberto Urán, los grandes referentes del ciclismo actual que han puesto a celebrar al país más de una vez.
Y es que de hecho, muy claro lo dijo Urán en uno de sus videos de Instagram: “tenemos demasiado talento (...), si apoyaran más no tendríamos 15 ciclistas en competencia sino 200 deportistas sacando la cara por el país”.
El comentario -que se volvió viral- surgió en medio de un recorrido de entrenamiento, cuando el ciclista, sorprendido, vio cómo un joven campesino lo superaba en una vieja bicicleta y sin demostrar agotamiento alguno, generando admiración.
Por eso resaltó la necesidad de apoyar, porque defiende que en Colombia lo que hay es talento de sobra y especialmente en la zona rural.
Quizás eso fue lo que le faltó a Luis Antonio García, un humilde nortesantandereano que ya está en el otoño de la vida y quien ha dedicado los últimos 25 años a pedalear sobre su ‘caballito de acero’, sin cansancio ni arrepentimiento alguno.
Aunque es embolador por oficio, Luis se define como un amante del ciclismo y ha recorrido varios municipios del departamento en su vieja ‘bici’ blanca con azul, visualmente tipo ‘Frankenstein’: con sus rines desgastados, piezas desiguales y llantas disparejas.
Con los límites propios de la edad, ahora solo los fines de semana se pone como objetivo llegar a localidades como El Zulia, Cornejo, Lourdes, San Cayetano, Santiago, Gramalote, Salazar, Sardinata y Bochalema, hasta donde llega a visitar parientes y amigos, con sus ganas como único combustible.
“Desde pequeño siempre me ha gustado correr”, afirma. Con una crianza en el campo sin mayores recuerdos extraordinarios, Luis Antonio añade que el atletismo también le llamó la atención y por un tiempo intentó practicarlo, pero las necesidades económicas lo hicieron salir de cualquier sueño deportivo.
“En realidad no puedo explicar por qué me gusta montar en bicicleta. Pero decidí volverlo un estilo de vida porque es algo saludable y en general mantiene el físico”, sostiene.
Fue Gabriel García Márquez quien escribiría por primera vez en 1955 sobre el término ‘escarabajo’ en el ciclismo, con la historia del deportista Ramón Hoyos Vallejo, quien a pesar de las adversidades, logró llegar a la meta en una Vuelta a Colombia.
Aunque no comparte coloridos uniformes ni trofeos, a Luis lo que lo convierte en un ‘escarabajo’ es que no ve límites al momento de conquistar el destino que se propone.
Una ‘amiga’ de dos ruedas
Cabe decir que este ‘escarabajo’ nortesantandereano, ajustándose a la economía, ha encontrado el modo de hacer sus recorridos cómodamente.
Las espumas instaladas a lo largo del asiento y el marco, amortiguan el cansancio de viajes a pedal hasta por 9 horas -lo que demora normalmente hasta Lourdes- y también lleva plásticos, por si acaso lo sorprende la lluvia.
Pero sin duda, lo que más llama la atención es la cantidad de ‘cachivaches’ que adornan su medio de transporte.
Cuenta con sus amuletos de protección divina, como una bandera blanca de la virgen, un ramo bendito y una cruz. Además de su bandera de Colombia, símbolo de amor por su patria.
Pero nada es menos importante que el letrero que indica su pueblo natal: Lourdes.
A pesar del aspecto, Luis cuida su cicla como si fuera una ‘niña’, pues aunque alcanza a contar 10 accidentes en su vida, jamás lo ha dejado ‘botado’.
Promociona la bicicleta
“A veces he tenido suerte de encontrar quién me lleve cuando siento que no doy más”, aclara, ante la duda de cómo puede llegar a cualquier destino en esas condiciones.
En total, 5 bicicletas ha tenido en toda su vida, algunas terminaron en robo y otras maltrechas por las caídas. No salen caras porque las consigue de segunda, prefiriendo las pequeñas porque las domina mejor.
Aunque intenta no llamar la atención, Luis Antonio ha sido visto por personas que admiran su facilidad para pedalear en complejos terrenos del departamento.
Siempre aprovecha cualquier oportunidad para promocionar la ‘bici’. “Sería más chévere que la gente manejara solo cicla, porque en carretera se ven tantos accidentes, unos muy duros”, afirma.
Y su consejo no es falto de sensatez, pues él mismo, faltando 9 meses para llegar a ser septuagenario, es un testimonio de que la edad no es límite al momento de hacer lo que se desea, pues para él no importa cuántos años son los vividos, sino cuántos kilómetros fueron los recorridos.
“Un hombre perseverante”
La actividad de Luis García ha sido elogiada por personas que lo han podido ver en acción. Una de ellas, Alonso Pacheco, locutor nortesantandereano, quien lo divisó subiendo en su vieja bicicleta por el corredor vial Cornejo-Santiago.
“Para tener 70 años mantiene su físico, pero lo importante es la perseverancia que demuestra y esa filosofía de vida de andar sin ningún compromiso, relajado, solo conociendo el paisaje”, comenta.
“Es de admirar este ejemplo de amor por el deporte, que recorre los caminos con su bandera blanca, la Mariana, demostrando también su vocación católica”, puntualizó Pacheco.