El Proyecto Educación para el Sector Rural (PER) se creó en 1996 como respuesta a la inequidad educativa que afectaba a la población rural.
Desde entonces, y tras un largo proceso de estudios sobre la realidad general del campo colombiano, se definió un proyecto cuyo propósito fue ampliar la cobertura con calidad en el sector rural para niños y jóvenes entre 5 y 17 años de edad, de preescolar y básica secundaria.
Para el desarrollo del PER, el Ministerio de Educación negoció un crédito que se invertiría en tres fases, el cual cofinanció en un 50% la Nación, mientras que los departamentos y municipios participantes aportaron el 13%.
El 62,5% de la inversión total estaba destinado a aumentar la cobertura con estrategias para tener una oferta de calidad dirigida a la población rural dispersa de todo el país.
En Norte de Santander, los aliados iniciales fueron la Gobernación, la Secretaría de Educación, el Comité Departamental de Cafeteros, Termotasajero, Ecopetrol y las alcaldías de Ábrego, Cáchira, Cucutilla, El Zulia, Sardinata, Tibú, Toledo, Silos, Villacaro y San Cayetano, que firmaron un convenio de cooperación para canalizar recursos y hacer sostenible el proyecto.
Con el tiempo, otros pueblos se sumaron: Cácota, Chinácota, Chitagá, Convención, Durania, Gramalote, La Esperanza, La Playa, Bucarasica, Villa del Rosario, Teorama, Labateca, Los Patios, Mutiscua, Ocaña, Pamplona, Pamplonita, Ragonvalia, Salazar, San Calixto y Santiago.
Entre los años 2001 y 2007, se invirtieron 5.698 millones de pesos en esta región, de los cuales el 96,1% fue para cobertura con calidad, el 1,6% para fortalecimiento institucional y el 2,2% se enfocó en convivencia escolar.
A la vez, el Ministerio de Educación identificó las opciones para los estudiantes, en las siguientes áreas:
Preescolar Escolarizado y No Escolarizado
Escuela Nueva
Aceleración de Aprendizaje
Posprimaria Rural
Telesecundaria
Sistema de Aprendizaje Tutorial S.A.T.
Servicio Educativo Rural S.E.R.
Programa de Educación Continuada para Adultos.
Impresionante evolución
Al comparar la evolución de la oferta y la demanda educativa en Norte de Santander se identificó un incremento de matrícula de 21.044 estudiantes durante el periodo 2001-2007, es decir, un 138% más que en años anteriores.
Este comportamiento evidenció en la zona rural un crecimiento en todos los niveles educativos, especialmente en preescolar, 202%, y secundaria, con el 170%.
Junto a los beneficios, también se dieron recomendaciones como la necesidad de capacitar a los docentes para establecer metodologías propias y facilitar la retención escolar.
También hubo que reorganizar las escuelas pues algunas de ellas atendían solo hasta noveno grado, y se requería dar continuidad.
La capacidad que se había instalado siguió, y entre 2008 y 2011 se establecieron nuevas metas, como el mejoramiento del promedio de escolaridad de los niños del campo, y de las condiciones escolares, con nuevo material educativo.
Los objetivos se reestructuraron y en 2012 se buscó incrementar la Tasa de Cobertura Bruta Rural, y ofrecer Modelos Educativos Flexibles para grupos étnicos, con experiencias exitosas como la que hoy tiene la comunidad u’wa.
La consolidación
En materia de cobertura, el desempeño de Norte de Santander ha sido favorable, pues la matrícula rural superó a la urbana en un 10%.
Para las áreas de conocimiento, la evolución de la brecha rural-urbana mostró avances como la mejora de los resultados en matemáticas, y se destaca que los establecimientos educativos rurales superaron a los urbanos.
En 2012, los resultados en lenguaje en las zonas rurales cayeron solo 2 puntos porcentuales respecto de los urbanos.
En noveno grado, los resultados en lenguaje como en matemáticas, de las zonas rurales, aumentaron en 1 y 3 puntos porcentuales, respectivamente, con respecto a los de las zonas urbanas, lo cual cerró aún más la brecha en ambas zonas.
El verdadero reto
El convenio con el que se creó este proyecto se dará por terminado este año, debido a que los recursos que solicitó Colombia con el crédito se terminan y es momento de que la idea se sostenga de manera autónoma en las regiones.
Sin embargo, el temor de los encargados del proyecto es la sostenibilidad del mismo y qué tanto de lo que ya existe incluirán los nuevos mandatarios en sus planes y proyectos territoriales, con el fin de no perder el esfuerzo que por más de una década se ha hecho en Norte de Santander.
Por ello, la Secretaría de Educación insiste en que son necesarios el compromiso y la voluntad política para dar continuidad al proyecto de educación rural, reconociendo cada entorno en el que se desarrolló y el modelo educativo que ya está listo; también, constituyendo alianzas de cooperación por la educación rural.
¿Qué hacer?
Lo primero es convertir los Proyectos Pedagógicos Productivos en un eje del aprendizaje significativo en los estudiantes a través de iniciativas de seguridad alimentaria, investigación, tecnología, y otros.
También se pide a los nuevos gobernantes fortalecer y crear redes educativas presenciales o virtuales, ya que esto implica un proceso de intercambio de información, uso de materiales, maneras de afrontar problemas de los estudiantes, uso de tecnologías entre miembros de las instituciones educativas y los habitantes del departamento.