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Región
Labateca y sus temibles riesgos
Unas 30 veredas de este municipio de Norte de Santander están en la mira de las autoridades por causa de las lluvias.
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Helena Sánchez
Sábado, 27 de Junio de 2015

Las veredas Morgua y Mónoga, así como Aposentos y Paramito fueron visitadas recientemente por expertos de Corponor, con el fin de evaluar la situación actual de Labateca, en alerta máxima por las constantes remociones en masa en por lo menos 30 veredas, según los cálculos del comité local de gestión del riesgo.

Estas cuatro veredas, ubicadas al sur y sureste del casco urbano, presentan el fenómeno desde hace años, pero en esta oportunidad los perjuicios han superado la expectativa de sus habitantes, que nunca antes habían visto las enormes afectaciones que tienen sus viviendas y caminos veredales.

Pero no solo están bajo amenaza directa los campesinos de la zona, sus cultivos y animales, sino también importantes infraestructuras dispuestas en el sector.

Para los encargados de la realización del informe que, vale decir se basa solo en las observaciones visuales de los expertos, el área de estudio podría llegar a afectar tres escenarios: una base militar, una torre de alta tensión y hasta el gasoducto sufrirían las consecuencias de las remociones, sin contar la vía de La Soberanía que también pasa por esta localidad.

De acuerdo con el informe, como observaciones de la situación actual se evidencia un alto grado probabilidad de persistir la actividad del fenómeno, y la posibilidad de que este remonte y afecte más zonas y algunas viviendas rurales.

Igualmente, se señala la “posibilidad innata de que una gran acumulación de agua con su debida sobresaturación produzca una gran avenida torrencial que afecte la vía nacional de La Soberanía y una base militar que se encuentra al norte”.

Por esta razón, se manifiesta la importancia de informar al ejército nacional el riesgo alto en que se encuentra la base, para que tomen las medidas pertinentes para salvaguardar las vidas y la infraestructura en general.

En el caso la microcuenca de la quebrada conocida localmente como El Caño, en las veredas Aposentos y Paramito, la información del documento no es más alentadora: “su área de influencia podría llegar a afectar en la parte alta muy cerca de la corona dos torres de energía de alta tensión y el gasoducto, y en la parte baja un posible represamiento que ya sucedió con otro deslizamiento”.

De otro lado, se evidencia la posibilidad innata de que una gran acumulación de agua, con su debida sobre saturación, produzca una gran avenida torrencial que afecte el cauce del río Chitagá y lo represe.

En todos los sectores el fenómeno es similar y según se explica lo que ocurre es que la corona del material desplazado se mueve verticalmente hacia abajo y en algunos sectores en la parte media y superior el material desplazado se inclina generando escarpes contrarios a la pendiente.

Además, se han presentado avenidas torrenciales por la sobresaturación del material que ha llegado a presentar enormes zonas húmedas, intensificadas por depresiones generadas por el fenómeno de remoción en masa y aumento en el flujo y cantidad de manantiales.

Las recomendaciones

(El Batallón de Ingenieros N° 50 está en alto riesgo, por el lodo que desciende lentamente por la ladera. Frente a la base queda la vía La Soberanía.)

Con respecto a lo que está ocurriendo en Labateca, la principal recomendación es la realización de estudios tanto del suelo como del subsuelo debido a que la amenaza es alta.

“La zona donde se presentó el deslizamiento se puede declarar como zona de desastre”, dice el informe, ya que a partir de la ley 1523 esta es el resultado de la manifestación de uno o varios eventos naturales o antropogénicos no intencionales que al encontrar condiciones propicias de vulnerabilidad en las personas, los bienes, la infraestructura, entre otros, causa daños o pérdidas que exigen del Estado ejecutar acciones de respuesta a la emergencia, rehabilitación y reconstrucción.

Así mismo, se considera necesario tomar medidas de mitigación, que no descarten un posible desalojo y hasta la demolición de las viviendas en calamidad.

Según la Corporación, este informe se remitirá al Consejo Municipal para la Gestión del Riesgo del municipio, y en caso de que el municipio no pueda dar solución a la situación expuesta se entregará la información al Consejo Departamental para la Gestión del Riesgo.

Las medidas más inmediatas

Corponor sugiere que en el sector donde se han presentado los deslizamientos no se debe realizar ninguna actividad de pastoreo y los cauces de las quebradas deben ser reforestados con especies nativas con un corredor no menor a 15 metros.

En el momento, se debe implementar un sistema de alertas tempranas para deslizamientos en el sitio donde se encuentran las grietas para así monitorear el comportamiento del terreno y tomar acciones necesarias para la reducción del riesgo, y así mismo se debe socializar a la comunidad para involucrarlas en la gestión del riesgo en el marco de la Ley 1523 de 2012.

Sobre el borde de la carretera hacia la parte baja, se recomienda una franja de protección arbórea, sembrando a tresbolillo y a una distancia de 4 metros, con especies como urapanes, con el fin de ‘amarrar’ el terreno. Para ello, se habla de un ancho de franja de 8 metros de distancia entre la vía y el árbol.

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