Cae la tarde y sobre las bóvedas del Cementerio Central de Cúcuta parece oscurecer más pronto de lo normal; como si la noche se anticipara, las criptas más altas provocan esa sensación de opacidad. La luz se minimiza y la visión debe agudizarse para leer lo que dice en las placas que están sobre las tumbas.
En ellas se ofrecen casi siempre las gracias por los favores recibidos.
Al fondo, en lo más recóndito del campo santo, adonde solo van los curiosos por la muerte, se observa un letrero grande que dice “Aquí... Los N.N.S Descansan en paz”.
Más abajo de un mural, que simula una imagen de lo que para el cristianismo es un paraíso, se empotró una placa en conmemoración a los muertos no identificados y sobre este se pegan mensajes alusivos a los que nadie pregunta. “Doy gracias a las almas sin dolientes”, dice una de las pequeñas placas fabricadas en hierro o plástico.
Allí, y solamente en ese único lugar del cementerio, reposan los restos de los difuntos sin reconocimiento; los que puso Justicia y Paz por cuenta del paramilitarismo y los que el mismo Estado exterminó en los mal llamados falsos positivos; también están los que se hallan olvidados y los que sin piedad cayeron en las fosas comunes del exterminio de la violencia gestada por la sociedad.
En el sosiego, lejos de ser visitados por algún cristiano que quiera orar por el alma en pena de los cadáveres no identificados, se esconden historias escritas en actas incompletas, porque nadie ha podido esclarecer su identidad.
En las criptas no aparecen nombres, están rotuladas con números y letras en cuya fecha se rubricó su inhumación y un número que evidencia su posición en el monumento.
Un sepulturero que pasa vigilando evidencia que en una sola cripta se encuentran hasta 112 esqueletos.
Guillermo González Amarilla, administrador del Cementerio Central de Cúcuta, aseguró que tiene registros de 616 esqueletos que permanecen en este lugar sin ser identificados desde el año 2000. Solo este año, agregó, van 25 personas inhumadas allí, en el espacio que cedió porque ni el municipio se ha hecho cargo de construir tumbas para estas personas.
Amarilla explicó que luego de la expedición de la Ley de Justicia y Paz fue que el Estado se preocupó por no borrarlos de los registros y ordenó separar los restos uno a uno, con el fin de facilitar los procesos de reparación a los familiares de estas víctimas de la violencia.
Los no identificados. Según el director de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, a todos los actores responsables de identificar estos cuerpos, como la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal, se les ha manifestado la preocupación que existe por la no identificación de los cadáveres que aparecen como no identificados, antes N.N.
Medicina Legal informó que en Norte de Santander, de enero 7 de 2007, a 1 de enero de 2017, se suman 273 esqueletos sin identificar bajo poder del Estado (200 son hombres, 30 son mujeres y 43 son de sexo indeterminado), de 10.444 que hay en todo el país, cifras que para Cañizares obligan a insistir ante las autoridades para que identifiquen estos cadáveres.
Estos restos óseos que permanecen sin identificar, dice el representante de Progresar, en más del 90% de los casos son de personas que fueron encontradas en fosas comunes; es decir, víctimas del paramilitarismo, las guerrillas, los nuevos grupos paramilitares, además de personas extraviadas como ancianos, andariegos o niños perdidos, argumentó.
“No es posible que haya todavía más de mil familias que vivan la tragedia de la desaparición de su ser querido y que hayan cuerpos reposando en los estantes de los cementerios y las oficinas oficiales”, dijo Cañizares, so pena del lento actuar de la justicia, precisó.
Cañizares agregó que es una tragedia y un dolor que cobran dimensiones inimaginables, por cuanto su repercusión en la salud mental de los familiares de estas víctimas.
La Opinión se entrevistó vía telefónica con el Director general del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Carlos Eduardo Valdés, quien explicó que la entidad está tramitando ante el Gobierno nacional un presupuesto lo suficientemente robusto como para que este proceso se agilice, al tiempo de que ya arrancó a nivel país el Plan Cementerios, el cual lleva consigo antropólogos, médicos, odontólogos, técnicos en rayos X, entre otros profesionales para exhumar aquellos restos que se encuentran olvidados o sin identificación.
A pesar de que no se conoce aún la fecha de llegada del grupo de expertos a Norte de Santander, Valdés explicó que lo primero que se hará en este ejercicio será comenzar a reunir documentación sobre las personas que eran sepultadas en el cementerio. La labor de análisis tiene como fin que luego de su identificación sean entregados a los familiares de personas reportadas como desaparecidas.
Lo que se hace en el Plan de Cementerios, es cotejar el ADN de los restos con la información genética que los familiares de las víctimas de desapariciones han dejado en Medicina Legal, en la Fiscalía General de la Nación o en las personerías municipales.
Medicina Legal informó además que en Norte de Santander desde 2007 hasta la fecha permanecen 67 cuerpos ya identificados los cuales no han sido reclamados.
Vea aquí: Listado de cadáveres identificados no reclamados en Norte de Santander
La Opinión encontró que Medicina Legal adelanta una trascendental investigación realizada por el antropólogo forense al servicio del Instituto, César Sanabria Medina, que permitirá a los peritos establecer el sexo de cadáveres complejos -avanzada descomposición, esqueletización, carbonización, entre otros- a partir de diferentes vértebras, estudio que se constituye en uno de los más importantes realizados en el mundo y revoluciona los métodos utilizados para el abordaje de casos forenses en el campo de la investigación criminal.
El estudio realizado con la quinta vértebra lumbar “es el primero reportado a nivel internacional y el segundo con décimo segunda vértebra dorsal”, informó la entidad.
“La tesis en referencia posee un alto grado de confiabilidad, el cual fue estimado por su autor en un 94 por ciento, y es el resultado del análisis practicado a nivel de la primera, segunda y séptima vértebras cervicales, decimosegunda vértebra dorsal y quinta vértebra lumbar”, señaló el destacado antropólogo, quien presta sus servicios al Instituto desde hace más de trece años.
Morgue para un mes. Según el director de Medicina Legal Norte de Santander, Gonzalo Vega, esta entidad hace todo lo posible por encontrar a los familiares de los No identificados para evitar que vayan a inhumación.
“Nosotros emitimos un comunicado a la opinión pública para que las personas que tengan un familiar desaparecido lo reconozcan y aporten la documentación necesaria que conlleve a su identificación”, dijo Vega.
Luego de que se emite la publicidad para que la familia reclame el cadáver, se espera un tiempo prudencial, que puede variar dependiendo del estado del cuerpo (hasta un mes); mientras, el cadáver permanece en los refrigeradores de la entidad.