Botellas de agua, zapatos deportivos, ropa cómoda, gorra, y bloqueador solar, son algunos de los implementos que no deben faltar para adentrarse al bosque seco tropical de El Carmen de Tonchalá, y encontrarse de frente con uno de los espectáculos naturales más hermosos de nuestra región: Pozo azul.
Las aguas cristalinas de la quebrada de Tonchalá, que se encuentran en la mitad del bosque, se volvió en un secreto a voces, convirtiéndose en el plan preferido de los fines de semana de propios y turistas.
Ronald Colmenares, de 23 años, es uno de los fieles visitantes de Pozo Azul. Desde hace tres años es el guía turístico de sus compañeros universitarios.
Como vive en el barrio Belén, se le facilita más la llegada. Él y su grupo explorador tardan cerca de 20 minutos en llegar desde el Anillo Vial Occidental hasta la planta de agua de El Carmen de Tonchalá, donde se encuentra una señal que les indica el camino hacia el pozo.
Si sus amigos hubiesen venido solos, seguramente habrían hecho caso al letrero y seguirían el camino demarcado por las flechas rojas durante 75 minutos.
Les tocaría atravesar quebradas, brincar de piedra en piedra, escalar la montaña, y caminar un largo trayecto, para poder llegar al mítico pozo de aguas azules.
Pero, como Ronald es todo un experto, se conoce el atajo para llegar al mismo sitio en solo 30 minutos.
En vez de seguir la primera señal, sigue en su moto durante 15 minutos más, y luego hace un pare en el primer planchón de tierra que encuentra. Se adentra en el bosque por una trocha que se puede divisar desde la carretera. Llegan directamente de Pozo Azul.
Mauricio Joya, visitaba por primera vez el ‘Paraíso’ de El Carmen de Tonchalá.
El estudiante universitario se quitó la ropa y se dio un chapuzón, en el pozo de 8 metros de profundidad.
Luego se resbaló por el tobogán natural que forman las lajas de piedra de la quebrada. No obstante, botellas plásticas, platos y vasos de icopor le dieron la bienvenida.
Inundado de basura
La visita el año pasado de las candidatas para la sesión de fotos del Minicromos, disparó el turismo en Pozo Azul, según lo reconoce Consuelo Pacheco , corregidora de El Carmen de Tonchalá.
“Desde hace un año se triplicó el número de visitantes, al igual que las basuras”, señaló indignada. “La gente debe tomar conciencia de que este lugar no es para paseo de olla”.
La corregidora explicó que cada fin de semana aumenta la cantidad de desechos en el pozo. Los visitantes llevan comidas y bebidas y dejan las botellas y envolturas en cualquier lado.
Si alguna de las flechas que indican el camino llegara a borrarse los turistas se podrían guiar fácilmente por la ruta del mugre. Parte del camino esta infectado de residuos.
Hace un par de semanas la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), la misma que otorgó una polémica licencia ambiental para explotación mineral en ese sector, lideró una campaña de recolección de basura y de sensibilización ambiental con los visitantes, para mitigar esta situación. Sin embargo, el problema persiste.
Corponor y un grupo de estudiantes universitarios que trabajaron por esta causa ambiental recogieron cerca de 35 bultos de residuos.
Alerta por explotación minera
“Las minas van a acabar con Pozo Azul”, es el postulado que se ha venido filtrando en las redes sociales.
Un video hecho por el Comité por la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán para la agencia Colombia Informa, pone en tela de juicio el aval que Corponor le da a una mina de carbón cercana a la afluente de Tonchalá.
Manuel Yesid Duarte, miembro del comité explicó que la explotación representa una amenaza a corto plazo para Pozo Azul.
“La mina se está alimentando del agua de la quebrada para su actividad. Además han talado bosque para la construcción de vías para el transporte del carbón”, denunció. “Estamos frente a un peligro latente de contaminación”.
Los denunciantes se basan en el contrato de concesión N° FHA-111 otorgado por Ingeominas a la empresa Pamplonita Minning Inc LTDA sobre una superficie de 394 hectáreas y 668 metros cuadrados, en El Carmen de Tonchalá y la vereda El Tabiro, del municipio San Cayetano.
El comité aseguró no entender como Corponor, otorgó mediante la Resolución N° 0803 del 25 de agosto de 2011, la licencia ambiental a la mina.
Jorge Arenas, subdirector de Desarrollo Sectorial Sostenible de Corponor, dijo que hasta la fecha el ente ambiental no ha recibido ningún tipo de denuncia al respecto y que cuando se expidió la licencia no se detectó ningún tipo de consecuencia ambiental en los alrededores de la mina.
Arenas indicó que sin una denuncia formal no pueden hacer nada al respecto, asegurando que Corponor ha hecho el monitoreo anual a la explotación minera en este sector, y no ha encontrado ninguna irregularidad.
El 13 de agosto Corponor envió un oficio a Pamplonita Minning Inc LTDA, solicitando información actualizada sobre sus actividades, entre ellas el destino de las aguas residuales, y la evidencia del permiso de concesión de aguas que expide la junta comunal.
La empresa minera tiene 10 días para dar respuesta, tras lo que Corponor visitará la mina para inspeccionar las condiciones en las que laboran.